DAÑOS EN CULTIVOS POR VERTEBRADOS ("TOPILLOS")
Fuente: |
“Daños en la agricultura causados por vertebrados” (Año 2001). |
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Autor: Grupo de Trabajo Fitosanitario de Vertebrados Perjudiciales. |
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Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación – Ediciones Mundi-Prensa |
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“Boletín Fitosanitario 2007/1 de la Junta de Castilla y León” (Año 2007). |
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Autor: Junta de Castilla y León. |
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Junta de Castilla y León. |
Ante las dimensiones que ha tomado la plaga de topillos en la Comunidad Autónoma de Castilla y León y la preocupación de los agricultores de Castilla-La Mancha por la posibilidad de que el problema se pueda plantear en sus parcelas de cultivo, la Consejería de Agricultura cree conveniente informar adecuadamente a los agricultores elaborando una pequeña reseña informativa que se presenta a continuación.
Si bien no tenemos noticias de que en nuestra región los topillos estén causando problemas anormales, y la zona afectada de Castilla y León no es limítrofe con Castilla-La Mancha, se toman las siguientes medidas en nuestra Comunidad:
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Se realizará un seguimiento por parte de los técnicos de las Oficinas Comarcales en las zonas de riesgo, que, dada la evolución de la plaga en Castilla y León, sería prácticamente toda la que está cultivada en estos momentos. En caso de detección de poblaciones de topillos más elevadas de lo normal, se informará a la Dirección General de Producción Agropecuaria de la localización y especie.
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Se informará a los agricultores y organizaciones agrarias que se muestren inquietos de las prácticas recomendables en caso de que se detecten poblaciones anormales. Como medidas preventivas se recomienda:
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Laboreo en profundidad (más de 20 cm) de las zonas cultivadas. Para la realización de esta actuación antes del 1 de septiembre es necesario contar con la autorización de la Consejería de Agricultura, pues su práctica antes de esta fecha está prohibida por las medidas de condicionalidad. Esta actuación, sin duda la más efectiva, permite destruir las galerías que realizan estos mamíferos creando un medio desfavorable para su desarrollo.
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Eliminar los elementos de refugio mediante limpieza de cunetas, bosquetes y ribazos, alrededor del tronco de los árboles, montones de piedras o restos de muro, restos de poda, etc, para disminuir estas zonas.
Los vertebrados (aves, roedores, jabalíes, etc) causan daños de forma ocasional en los cultivos, cuando las condiciones del medio se lo facilitan, lo cual dificulta enormemente la toma de decisiones sobre “como” y “cuando” es necesario actuar en su control. Sobre esta situación considerar el hecho de que muchos de estos vertebrados en algunos momentos llegan a ser beneficiosos a la agricultura (por ejemplo, las aves cuya alimentación es esencialmente insectívora), pueden tener interés turístico-cultural, valor ecológico o cinegético, ser especies protegidas, etc, hechos que condicionarán la toma de decisiones.
Por todo ello, la denominación de vertebrados perjudiciales utilizada en ocasiones debe hacer referencia a los daños puntuales realizados en momentos concretos y evitar las generalizaciones inoportunas y poco cercanas a la realidad. En consecuencia, las medidas de control que se adopten deberán ir encaminadas a minimizar los daños producidos y que no es necesariamente la destrucción masiva de los agentes causantes.
Al observarse un daño causado por vertebrados, es imprescindible averiguar:
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Identificación fiable de los agentes causantes mediante captura y clasificación biológica, pues se dan grandes confusiones entre las especies a que se hacen responsables de los daños observados.
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Estimación objetiva de las poblaciones existentes y su dinámica poblacional, imprescindible para tomar decisiones sobre la necesidad de realizar algún tipo de actuación, así como elegir los momentos más oportunos de intervención.
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Realización de un estudio detallado de las condiciones ambientales y/o del hábitat donde se producen los daños, con e l fin de conocer las razones por las que la especie para a hacer daños concretos en cultivos.
Centrándonos en los denominados “topillos” por los agricultores, todos ellos son roedores, el grupo de mamíferos más numeroso en cuanto al número de especies existentes como al número de individuos. La heterogeneidad entre las diferentes especies de roedores respecto a su hábitat y a su alimentación, implica usar técnicas de lucha diferentes en cada caso. Las especies que mas daños causan a los cultivos son:
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Roedores arvicólidos / micrótidos: de pequeño tamaño, adaptados a un hábitat esencialmente subterráneo y que viven en el campo. Se distinguen fácilmente de las ratas y ratones por el tamaño de la cola, que en micrótidos es muy corta. Tienen variación de los niveles poblacionales anuales sujetos a ciclos escasamente conocidos, que provocan grandes explosiones del número de individuos y cuyos daños son difícilmente predecibles. Especies destacables:
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Microtus duodecimcostatus (Topillo mediterraneo)
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Microtus arvalis (Topillo campesino)
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Arvicola terrestris (Rata topo)
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Roedores múridos: nos referimos a los que se conocen habitualmente como ratas y ratones. Están muy ligados a la actividad humana. Son fácilmente identificables por tener el tamaño de la cola de longitud aproximada al resto del cuerpo, ojos y orejas grandes con pabellones muy visibles. Causan graves daños en las infraestructuras, como en todo tipo de almacenamientos, cuantitativamente más apreciables que los que originan a los cultivos. Pueden ser portadores de parásitos potencialmente perjudiciales para la salud de las personas, de los animales domésticos y de las explotaciones ganaderas.
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Rattus rattus (Rata negra)
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Rattus norvegicus (Rata común o rata parda)
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Mus musculus (Ratón común)
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Apodemos sylvaticus (Ratón de campo)
Aunque la morfología externa diferencia a los grandes grupos de roedores, llegando incluso a poder determinar especies en algunos casos, la clasificación a nivel de especies próximas se realiza mediante medidas y formas de los huesos craneales así como las fórmulas dentarias, por lo que es obligado la mayor parte de las veces recurrir a especialistas para asegurar la determinación de los individuos capturados.
A modo de guía, presentamos las principales características que deben tenerse en cuenta para la identificación de las principales especies de roedores que podemos encontrar en nuestros cultivos causando daños de diferente naturaleza:
ESPECIE |
DESCRIPCIÓN |
Topillo mediterráneo (Microtus duodecimcostatus) |
L = 9 a 11 cm Cola = unos 3 cm, mas pequeña que la mitad de longitud corporal. Ojos pequeños y saltones. Orejas poco visibles. Patas cortas y robustas; las patas posteriores poseen 5 almohadillas que lo diferencias de otras especies del mismo género. Pelaje color claro, entre grisáceo y marrón con una tonalidad más clara en la zona ventral y la cola. P = 19 a 32 g |
Topillo Campesino (Microtus arvalis) |
L = 8 a 12,5 cm Cola = entre 3-4,5 cm, menor que la mitad de la cabeza mas el cuerpo Su pabellón auricular está bastante poblado de pelos cortos en la parte interior. De color pardo grisáceo en el dorso y gris balbuzco en el vientre. P = 14 a 50 g (normalmente 20 g) |
Rata topo (Arvicola terrestres) |
Cuerpo cilíndrico, con una relación entre cabeza y cuerpo de 0,5. Cola corta, hocico corto y orejas muy pequeñas, casi inapreciables. P = entre 60 y 170 g |
Ratón de campo (Apodemos sylvaticus) |
L = 8 a 11 cm Cola = aproximadamente igual a L. Pie posterior largo, por encima de los 20 mm, lo que lo distingue de otras especies. El tamaño proporcionalmente grande de las patas posteriores le permite realizar grandes saltos. P = No supera los 35 g |
L = Longitud (cabeza y cuerpo); P = Peso
Claves de identificación ()
Los enemigos naturales frenan el crecimiento de una población normal, sobre todo por la muerte de las crías, pero no pueden detener un ciclo de multiplicación extraordinario. Una medida de control podría ser favorecer en la zona la instalación y el desarrollo de aves rapaces nocturnas y diurnas, comadrejas, zorros, etc.
Las lluvias otoñales pueden hacer descender la población invernal.
Para conocer el número de individuos por hectárea se realizan muestreos en 4 épocas del año (febrero, mayo, agosto y septiembre) en sus refugios habituales, empleando para ello trampas que variarán en función de la especie.
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