La sanidad se configura en nuestra Constitución como un servicio público, universal y gratuito. Desde el punto de vista competencial, se trata de una materia que han asumido en la actualidad todas las Comunidades Autónomas. En concreto, Castilla-La Mancha lo hizo a partir de 2002, creando para su gestión el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM). La regulación del Sistema Regional de Salud en Castilla-La Mancha se establece en la Ley de las Cortes Regionales 8/2000, de 30 de noviembre, de Ordenación Sanitaria de Castilla-La Mancha, que lo configura desde un doble punto de vista: el funcional y el territorial.
Funcionalmente, se configuran dos niveles de atención: la Primaria y la Especializada. La Primaria constituye el nivel de acceso ordinario de la población al sistema sanitario y se caracteriza por prestar atención integral a la salud mediante el trabajo del colectivo de profesionales integrados en los Equipos de Atención Primaria que desarrollan su actividad en Centros de Salud y Consultorios Locales. Por su parte, la Atención Especializada se presta en los hospitales y en los Centros Especializados de Diagnóstico y Tratamiento. Además, se establecen otras tres áreas de atención especiales que son las de salud pública, atención sanitaria urgente y atención sociosanitaria.
Territorialmente, se parte de la división de la Comunidad en ocho Áreas de Salud: Albacete, Ciudad Real, La Mancha Centro, Cuenca, Guadalajara, Toledo, Talavera de la Reina y Puertollano. Cada una de estas Áreas debe contar, al menos, con un hospital general y con los correspondientes órganos de dirección y gestión: las Gerencias de Área de Atención Primaria, por un lado y de Atención Especializada, por el otro (salvo en el caso del Área de Puertollano, que de manera experimental y con carácter pionero en España, cuenta con una Gerencia Unificada). Además, cada Área cuenta, como órgano de participación en su ámbito territorial, con un Consejo de Salud.
Las Áreas están integradas por Zonas Básicas de Salud, que constituyen la demarcación territorial en la que se presta la Atención Primaria. A finales de 2007 existía un total de 203 Zonas en Castilla-La Mancha. Por último, hay que señalar que, en algunos casos, las Zonas se agrupan en Distritos de Salud, como demarcación en las que la Administración Sanitaria presta sus servicios en determinadas materias; como las de sanidad alimentaria y ambiental. En la tabla 3.2.1 se recogen las principales características de la configuración territorial del Sistema Sanitario Regional a finales de 2007.
Como se comprueba, el Área de Salud que cuenta con una mayor población es la de Albacete, que agrupa un 21,27% del total regional. Le siguen las de Toledo y Ciudad Real. Por el contrario, Puertollano -que, por otra parte, es la de creación más reciente-, cuenta tan sólo con el 4,10%.
Por otra parte, estos datos permiten establecer una de las características que condiciona de gran manera la prestación de los servicios sanitarios en nuestra región: la gran dispersión de la población. Así, las Áreas de Guadalajara y Cuenca, que son las menos pobladas de la región, son, por el contrario, las que cuentan con el mayor número de municipios.
Teniendo en cuenta el carácter universal de la prestación del servicio sanitario público, se puede comprender el elevado volumen de recursos económicos que es necesario para atenderlo. Ello ha hecho que la sanidad se haya convertido, desde que se asumieron las competencias, en la principal política de gasto de la Administración regional. Concretamente, en 2007 contó con 2.521 millones de euros en los Presupuestos de la Junta de Comunidades, según los datos del Ministerio de Sanidad y Consumo (que son los que permiten establecer comparaciones con las demás Comunidades Autónomas). Esta dotación representaba el 30% del total del gasto público de la Administración regional y un incremento cercano al 11,42% respecto al ejercicio anterior.
Con este volumen de recursos, que representaba el 4,79% del total nacional, nuestra Comunidad se situaba como la novena con mayor gasto asignado a la sanidad. Ahora bien, si ponderamos los datos absolutos por la población de cada territorio, lo que nos permite establecer comparaciones homogéneas entre los mimos, observamos (tabla 3.2.2.) que Castilla-La Mancha, con una ratio de 1.335 euros de gasto sanitario por habitante en 2007, pasa a ocupar la octava posición, y se sitúa un 9% por encima de la media del conjunto de Comunidades Autónomas.
Además, el gasto sanitario per cápita se ha incrementado notablemente en los últimos cinco años en nuestra región. Concretamente ha acumulado un 40,45% de aumento desde 2003, 2,55 puntos por encima al que se dio en el conjunto de España, lo que equivale a una tasa anual media de crecimiento del 7,03%, también superior a la del conjunto nacional (6,64%). Por otra parte en todo el periodo considerado el gasto per cápita en Castilla-La Mancha ha sido superior a la media nacional.
La Atención Especializada fue el nivel funcional que absorbió una mayor cantidad de recursos económicos, con un 52,53% del total de los presupuestado en 2007. Por su parte la Atención Primaria recibió un 39,5%. El resto del presupuesto se destinó a otro tipo de actuaciones, como dirección y planificación, formación o sanidad ambiental.
En 2005 (último dato disponible) la esperanza de vida al nacer de los habitantes de Castilla-La Mancha era de 80,78 años, ligeramente superior a la que se daba de media en España, que era de 80,23 (tabla 3.2.3). Por sexos, las mujeres contaban con 5,68 años más de esperanza de vida que los hombres, diferencia que se eleva a más de 6 en el conjunto de España. Además, la esperanza de vida ha experimentado un incremento sostenido en los últimos años, lo que ha permitido ganar, para el conjunto de la población, 2 años desde 1995 en nuestra región y 2,25 en España.
La tasa bruta de mortalidad, como se recoge en la tabla 3.2.4, se situó en 2006 en 8,83 fallecidos por mil habitantes, ligeramente por encima de la tasa bruta media de España pero con un descenso respecto 2005. Por provincias, Ciudad Real presentaba la tasa más alta, un punto superior a la media regional.
Por su parte, la tasa de mortalidad infantil se situó en 2006 en nuestra región en 2,1 menores de un año fallecidos por cada mil nacidos, notablemente por debajo de la tasa media de España que fue de 3,77 y con una clara disminución respecto a la del año anterior. Todas las provincias de la región presentaron tasas de mortalidad infantil inferiores a la media española, destacando el caso de Guadalajara, donde no se produjo ningún fallecimiento de menores de un año.
La principal causa de muerte en Castilla-La Mancha fueron en 2006 (al igual que en años anteriores) las enfermedades del sistema circulatorio (tabla 3.2.6) que produjeron el 32,16% del total de defunciones. Los tumores se sitúan como la segunda causa de mortalidad en la región, ocasionando el 25,16% del total de defunciones. Esta situación es muy parecida -tanto en importancia de las causas, como en su peso sobre el total- a la del conjunto de España.
Por otra parte, se observan diferencias notables en la incidencia de las causas de muerte entre ambos sexos. Así, mientras que las enfermedades del sistema circulatorio como causa de muerte tenían un peso ocho puntos mayor en mujeres que en hombres, en el caso de los tumores la incidencia entre los hombres superaba a la de las mujeres en 10 puntos porcentuales.
En la tabla 3.2.7 se recoge la última información disponible sobre las causas de estancia en los hospitales, que es un indicador comúnmente utilizado del tipo de enfermedad que padece la población. Como se observa, en 2006 (último dato disponible) las enfermedades del aparato circulatorio, con casi el 16% del total, fueron las que originaron un mayor número de hospitalizaciones en Castilla-La Mancha, seguidas por las del aparato digestivo (con el 12,19%), las del respiratorio (11,85%) y los tumores (con un 11,12%). Como en años anteriores, en nuestra región se da una mayor incidencia de las enfermedades del aparato digestivo y respiratorio que en el conjunto de España.
Para dar una visión completa del estado de salud de la población regional hay que recoger, además de los anteriores indicadores, que se pueden considerar objetivos, la percepción subjetiva que sobre su propio estado de salud tienen los ciudadanos. Para ello se recogen en la tabla 3.2.8 los principales resultados de la Encuesta sobre Condiciones de Vida del INE, cuyo último dato se refiere a 2006, y que es la principal fuente que sobre esta materia realiza desagregación por Comunidades Autónomas.
Como se comprueba, el 68,9% de la población adulta de nuestra región (a estos efectos, la de 16 ó más años) consideraba su estado de salud bueno o muy bueno, mientras que tan sólo el 12% lo consideraban malo o muy malo. Esta percepción era ligeramente mejor que la que se daba en el conjunto de España donde el porcentaje de ciudadanos adultos que percibían su estado de salud como bueno o muy bueno descendía al 67,8%. Por otra parte, también se pone de manifiesto una mejora de la percepción respecto a 2005: ocho décimas porcentuales de aumento de los que percibían su estado de salud como bueno o muy bueno y seis décimas menos en los que lo percibían como malo o muy malo.
Por otra parte (tabla 3.2.9), el 19,5% (el mismo porcentaje que en 2005) de la población adulta decía padecer alguna enfermedad, lo que la situaba como la segunda Comunidad con menor porcentaje de población enferma, tan sólo por encima de Madrid, y 4,3 puntos por debajo de la media española. De los adultos que decían padecer alguna enfermedad en la región, el 23,6% consideraban que les impedía intensamente el desarrollo de su vida diaria y el 44,6% que lo hacía hasta cierto punto. En el conjunto de España estos porcentajes eran del 29,7% y del 35,5%, respectivamente.
En cuanto a los medios personales, como se recoge en la tabla 3.2.10, a finales de 2007 trabajaban en el sistema sanitario público regional 23.586 profesionales, lo que representaba un 7,14% de incremento respecto al ejercicio anterior. De este total, casi el 75% correspondía a la Atención Especializada, y algo más del 25% a la Atención Primaria. Por otra parte, en el último año el aumento del personal de Atención Especializada (8,19%) ha doblado, prácticamente, al de Primaria, lo que ha hecho que el peso del primero sobre el total de personal sanitario público se haya incrementado en un punto porcentual.
Por categoría, la de personal sanitario no facultativo, que agrupa casi a la mitad de los trabajadores, era la más numerosa, seguida por el personal de gestión y de servicios, con un 26,15% y el personal sanitario no facultativo, que suponía prácticamente el 24% del total. En el extremo opuesto, el personal directivo tan sólo representa el 0,83% del total. Si nos circunscribimos al personal que desarrolla labores específicamente sanitarias, son los enfermeros, con 6.569 profesionales y el 27,85% del total, los que ocupan el primer lugar, seguidos por los facultativos, con el 23,43% del total. También destaca la categoría de auxiliares de enfermería, que, con 3.541 trabajadores, representaba algo más del 15% del total.
Por lo que se refiere a las infraestructuras materiales, en Atención Primaria se contaba, a 31 de diciembre de 2007, con 195 Centros de Salud (situados en las poblaciones cabecera de las Zonas de Salud), 1.116 Consultorios Locales (situados en la mayoría del resto de poblaciones de cada Zona) y 176 Puntos de Atención Continuada (PAC), en aquéllas poblaciones más pequeñas que no cuentan con consultorio. Respecto a 2006 se ha producido un aumento de 5 Centros de Salud y una disminución de 24 Consultorios y un PAC, lo que se explica por la progresiva reestructuración de la red de asistencia hacia una mayor presencia de dispositivos de mayor complejidad como son los Centros de Salud.
Como se observa, el reparto de los diferentes tipos de recursos refleja la diferente configuración municipal de cada provincia. Así, las que, como Cuenca y Guadalajara, tienen un mayor número de pequeños municipios, presentan una proporción mayor de Consultorios y PAC por cada Centro de Salud.
Por su parte, en Atención Especializada (tabla 3.2.12) los principales dispositivos de atención lo constituyen los hospitales, de los que existían a 31 de diciembre de 2006 (último dato oficial disponible) 31 en la región, el 3,93% de los existentes en España. Por Áreas de Salud, la de Albacete, con 8, era la que contaba con un mayor número de hospitales seguida por la de Toledo, con 6 y la de Ciudad Real, con 5 (si bien hay que tener en cuenta que al entrar en funcionamiento el nuevo hospital, se cerraron los dos antiguos). Por el contrario, el Área de Salud de Puertollano contaba tan sólo con un hospital.
A diferencia del conjunto de España, en la que los hospitales de titularidad pública representaban tan sólo el 40%, en nuestra región la dotación hospitalaria es predominantemente pública, puesto que, por dependencia funcional, 19 de los hospitales existentes a fines de 2006, es decir, el 61,2% del total, eran públicos y 11 privados (que incluyen, además de los privados no benéficos, los pertenecientes a Mutuas de Accidentes de Trabajo (MATEP)).
En los hospitales de Castilla-La Mancha estaban instaladas un total de 5.357 camas, un 3,70% más que a finales de 2005 y el 3,35% del total de camas instaladas en España que, según el Catálogo de Hospitales del Ministerio de Sanidad y Consumo, era en esa fecha de 159.671; este porcentaje era ligeramente superior al que representaban un año antes.
Un 78,51% del total de camas instaladas en la región dependían funcionalmente del SESCAM, algo más del 11% a otras entidades públicas (fundamentalmente Diputaciones Provinciales) y el 10,47% del total a entidades privadas. Esta distribución difiere notablemente de la del conjunto del país, donde las camas instaladas en hospitales privados alcanzaban, a fines de 2006 más del 33% del total.
Por Áreas de Salud, la de Toledo era la que contaba con un mayor número de camas hospitalarias, con casi el 23% del total regional. Le seguían la de Albacete, con algo más del 20% y la de Guadalajara y Ciudad Real, con porcentajes del 16,18% y del 15,44%, respectivamente. Por el contrario, en la de Puertollano, se encontraba, tan sólo, el 3,12% del total. Respecto al año anterior, destacan los incrementos en el número de camas del Área de Talavera (27,74%) y de Ciudad Real (8,25%).
Pero para poder hacer comparaciones homogéneas de la dotación de camas hospitalarias de las distintas Áreas de Salud, es necesario tener en cuenta la población a la que deben atender, por un lado, y tener en cuenta la finalidad asistencial de las mismas, por otro, puesto que, de otra manera, se puede falsear la dotación relativa de cada zona. En este sentido, hay que tener en cuenta que si bien todas las camas, independientemente de su finalidad, constituyen un recurso de atención, es evidente que algunas de ellas, en particular las psiquiátricas, no están dirigidas a la población en general, sino a un colectivo específico. Así, como se recoge en la tabla 3.2.14, si bien casi el 81% del total de camas instaladas en la región son generales, las camas de psiquiátricos alcanzan un importante porcentaje de casi el 10%. Además, éstas últimas se concentran especialmente en el Área se Guadalajara, donde representan el 39,79% del total.
Teniendo en cuenta lo anterior, en la tabla 3.2.15 se recoge el resultado de dividir el número de camas -tanto las totales como las de finalidad asistencial general- por la población atendida, que se calcula mediante el número de Tarjetas Sanitarias (T.I.S.) en vigor a 31/12/2006 en cada Área. Como se observa, Castilla-La Mancha contaba con una dotación de 2,87 camas hospitalarias totales por mil personas atendidas, 0,65 menos que la media española y ligeramente superior a la que se daba el año anterior (2,79). Dentro de la región, Guadalajara era la que tenía una mejor ratio, con 4,48 camas por mil TIS, por encima, incluso de la media nacional. Por el contrario, el Área de Puertollano, con 2,07, era la que tenía una peor dotación.
Pero si nos centramos en las camas de finalidad asistencial general -que, por tanto, son las que están dirigidas a la población general- se producen importantes cambios, especialmente en el caso de Guadalajara, que, debido a la gran presencia de camas psiquiátricas, reduce su ratio a 2,69 camas por mil personas atendidas, situándose como la segunda Área con peor dotación, sólo por encima de la de Toledo, que contaba con 1,99 y que también veía reducir notablemente su ratio respecto a la de camas totales (en este caso por la gran presencia de camas con finalidad geriátrica y de traumatología y rehabilitación). En este caso es el Área Mancha-Centro la que presentaba una mejor dotación, con una ratio de 3,01. A nivel regional, la dotación de camas con finalidad asistencia general se situaba en 2,32 por mil, 0,4 menos que la media española y con un pequeño incremento respecto a finales de 2005.
Dentro de la asistencia especializada, otra importante dotación material la constituye los equipos de alta tecnología, cuyo detalle a 31 de diciembre de 2007, según los datos del Ministerio de Sanidad y Consumo se recoge en la tabla 3.2.16. Como se observa, la dotación relativa de la región era especialmente buena en Mamógrafos, Tomografías Axiales Computerizadas y Resonancias Magnéticas, mientras que en el resto de equipos, se contaba con un porcentaje sobre el total nacional inferior al que representa la población regional en la total del país.
En el análisis de los servicios y prestaciones sanitarias no podemos dejar de recoger, por último, la dotación del servicio farmacéutico. No hay que olvidar, al respecto, que según la normativa vigente, las oficinas de farmacia forman parte del Sistema Sanitario Regional en el que ejercen las funciones de adquisición, custodia, conservación y dispensación de los medicamentos, productos sanitarios y de parafarmacia, además de realizar otro conjunto de actividades dirigidas a promocionar y proteger la salud, prevenir las enfermedades y desarrollar funciones de educación sanitaria.
Pues bien, como se recoge en la tabla 3.2.17, según la Organización Farmacéutica Colegial, en Castilla-La Mancha existían, a 31 de diciembre de 2007, un total de 1.167 oficinas de farmacia, las mismas que a fines de 2006. Esta cifra suponía el 5,57% del total de oficinas de farmacia de España, cuyo número se incrementó muy ligeramente. Nuestra región se situaba como la séptima Comunidad con mayor número de oficinas de farmacia, la misma posición que ocupaba el año anterior.
En términos relativos a la población, la dotación de farmacias de nuestra Comunidad se revela como mucho más favorable, puesto que con 1.694 habitantes por oficina, pasa a situarse como la cuarta Comunidad Autónoma con mejor ratio, por detrás de Navarra, Extremadura y Castilla y León, y muy por debajo de la media española que era de 2.158. No obstante, al no haberse incrementado el número de farmacias y sí haberlo hecho la población, se ha producido un aumento de 38 en el número de habitantes por farmacia, mientras que en el conjunto de España, prácticamente ha permanecido invariable.
Por provincias (tabla 3.2.18), Toledo y Ciudad Real son las que cuentan con un mayor número de oficinas de farmacia, agrupando entre ambas casi el 55% del total. Albacete contaba con algo más del 19% y Cuenca algo más del 15%, mientras que Guadalajara, con 125, era la provincia con menor número de farmacias. En términos relativos a la población, sin embargo, Cuenca es la que cuenta con una mejor dotación farmacéutica, con 1.188 habitantes por oficina, mientras que Toledo es la que presenta una peor ratio, con 1.838, situándose las tres restantes provincias en niveles superiores a los 1.750 habitantes por oficina. Al igual que ocurrió en 2006, todas las provincias empeoraron sus ratios, algo achacable exclusivamente al aumento poblacional, al no haber variado el número de oficinas.
En cuanto al consumo farmacéutico, en la tabla 3.2.19 se recogen los principales datos. Como se observa, en 2007 se facturaron un total de 39,78 millones de recetas en nuestra región con un gasto de algo más de 537,16 millones de euros, produciéndose incrementos del 6,91% en el número de recetas y del 6,21% en el gasto, por encima de los incrementos experimentados en ambas magnitudes en el conjunto de España. Por su parte, el gasto medio por receta cayó levemente en 2007 para situarse en 13,27 euros, importe ligeramente superior a la media española, que era de 13,36 euros. Dentro de la región el mayor consumo farmacéutico se dio en Toledo y Ciudad Real, con gran diferencia respecto a las restantes provincias. Por otra parte, el gasto medio por receta era muy similar en todas las provincias.
Por otra parte, como se observa en la tabla 3.2.20, el gasto farmacéutico difiere notablemente entre los pensionistas y los activos. Así, en 2007, el gasto farmacéutico medio por pensionista era 10,93 veces superior al de cada trabajador activo de la región, proporción que llega a 12,06 en el caso de Guadalajara. Esta diferencia, además, se ha incrementado en el último año, al haberse incrementado el gasto por pensionista 2,48 puntos más que el gasto por activo.
En la tabla 3.2.21 se recoge la evolución de los principales indicadores objetivos de actividad en Atención Primaria. Como se observa, durante 2007, se produjeron más de 15,51 millones de consultas de medicina de familia, 9,32 millones de consultas de enfermería, se realizaron casi 800.000 análisis de laboratorio, más de 258.000 exploraciones radiológicas y algo más de 33.400 sesiones de fisioterapia. En relación a 2006, destaca la notable disminución en las sesiones de fisioterapia (21,89%), que contrasta con el fuerte incremento de la actividad de radiología (11,44%). En el resto de indicadores de actividad se experimentaron incrementos mucho más reducidos. Hay que señalar que no existen datos recientes que permitan establecer comparaciones con el resto de Comunidades Autónomas a este respecto.
Por lo que se refiere a la utilización de estos servicios, según los datos del SESCAM que se recogen en la tabla 3.2.22, en 2007 el servicio de Atención Primaria más utilizado fue la consulta de medicina de familia, que presentó un índice de frecuentación de 8,83 consultas por habitante. Le siguieron las consultas de pediatría, con 6,32 y las de enfermería, con 4,69 visitas por habitante y año. También son significativas las consultas en los PAC.
En cuanto a la Atención Especializada, en la tabla 3.2.23 se recogen los principales indicadores de actividad publicados por el SESCAM. Como se observa, en casi todos ellos se han producido aumentos significativos en 2007 respecto al año anterior, especialmente importantes en el caso de las intervenciones programadas y las urgencias atendidas.
Para poder establecer comparaciones con otras Comunidades Autónomas en la actividad en atención especializada, el Ministerio de Sanidad y Consumo utiliza, entre otros, el número de enfermos dados de alta en los hospitales por cada 100.000 habitantes que suministra la Encuesta de Morbilidad Hospitalaria del INE, cuyo último dato corresponde a 2006. Como se observa en la tabla 3.2.24, en ese año en Castilla-La Mancha se produjeron 9.111 altas hospitalarias por cada 100.000 habitantes, lo que representaba el 84,96% de la media española y prácticamente el mismo que el que se produjo en 2005 en el conjunto del Sistema Nacional de Salud. Tampoco a nivel nacional, por otra parte, se produjo una variación interanual significativa.
Castilla-La Mancha fue pionera en el establecimiento de un sistema de garantía de tiempos máximos de atención sanitaria mediante la Ley 24/2002, de 5 de diciembre, de Garantías en la Atención Sanitaria Especializada, con la finalidad fundamental la reducción de las listas de espera.
En 2007 los tiempos de espera máxima vigentes, que no sufrieron cambios respecto al año anterior, fueron los establecidos en el Decreto 8/2005, de 25 de enero: 90 días para intervenciones quirúrgicas programadas, 15 para consultas externas y 7 para la realización de pruebas diagnósticas. En la tabla siguiente se recoge la comparación con los tiempos establecidos en otras Comunidades Autónomas.
Pues bien, como se recoge en la tabla 3.2.26, a finales de 2007 en Castilla-La Mancha había un total de 78.525 pacientes inscritos en lista de espera para intervenciones quirúrgicas, consultas de especialistas o pruebas diagnósticas. Esta cifra suponía un notable incremento de algo más del 52% respecto al año anterior. El 71,55% del total de los pacientes de la lista pertenecían a la de consultas externas, el 20,45% a la de intervenciones quirúrgicas y el restante 8% a la de pruebas diagnósticas. Respecto al año anterior se produjeron fuertes incrementos en esta última (que casi se dobló) y en la de consultas (71,65%), mientras que la de cirugía programada se incrementó mucho más moderadamente, ligeramente por debajo al 3%.
No obstante, y a pesar de este empeoramiento producido en el último año, hay que señalar que desde que se implantó el sistema actual de control de las listas de espera en 2001, el número de pacientes inscritos en las mismas se ha reducido a la mitad. El descenso más importante ha correspondido en este periodo a las listas de espera de pruebas diagnósticas, con un 87,83% menos de pacientes inscritos.
Los pacientes inscritos en lista de espera tenían que esperar para ser atendidos algo más de 61 días de media para la cirugía programada, 39,25 días para las consultas externas y casi 30 días para las pruebas diagnósticas (tabla 3.2.27). Estas demoras medias de atención eran claramente superiores a las existentes a finales de 2006.
Como se observa, desde 2002 se han producido incrementos de algo más de 6 días en la demora media en Cirugía y de 2,75 días en Consultas, mientras que en Pruebas Diagnósticas disminuyó en casi 12 días.
Como punto de referencia con la situación del resto del país, hay que señalar que, según el Ministerio de Sanidad y Consumo (tabla 3.2.28), a 31 de diciembre de 2007 existían en el conjunto de España 9,55 pacientes por cada mil personas atendidas (es decir, con tarjeta sanitaria) en lista de espera para intervenciones quirúrgicas y 39,34 para consultas externas. La situación en nuestra región era notablemente mejor, puesto que, en esa misma fecha, las ratios de Castilla-La Mancha eran de 8,36 y 29,25, respectivamente. Respecto a la situación a finales de 2006, la posición relativa de nuestra región mejoró ligeramente en la ratio de cirugía programada y empeoró en la de consultas.
Por su parte, el tiempo medio de espera para intervenciones de cirugía era a finales de 2007, según la misma fuente, de 74 días para el conjunto de España, notablemente superior al que se daba en nuestra región que, como se acaba de ver, era de algo más de 61. En consultas externas la diferencia era aún más favorable a nuestra Comunidad: 58 días de media en el Sistema Nacional de Salud y algo más de 39 en el SESCAM. En este caso, la posición relativa de nuestra Comunidad, ha empeorado respecto al año anterior.
A la hora de valorar la calidad de un servicio público como la sanidad, la opinión de los ciudadanos constituye un elemento fundamental. Para conocerla, se cuenta con el Barómetro Sanitario que realiza para el Ministerio de Sanidad y Consumo el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), cuyos principales resultados para 2007 se recogen en la tabla 3.2.29.
Como se observa, en términos generales se puede afirmar que los ciudadanos de la región tienen un aceptable grado de satisfacción con su sistema sanitario, al que puntúan con un 6,42 sobre 10, por encima de la media española, que era de 6,27. Además, la valoración ha mejorado respecto al año anterior 0,13 puntos, 9 más que el aumento experimentado en el conjunto nacional.
En el conjunto de Comunidades Autónomas, nuestra región se situaba como la novena con mejor valoración de su sistema de salud, ganando un puesto respecto a 2006 (gráfico 3.2.9).
Por otra parte, como se observa en el gráfico 3.2.10, el grado de satisfacción de los ciudadanos de Castilla-La Mancha ha estado siempre por encima de la media española, aunque en 2005, y, especialmente en 2006, se produjo un descenso que se ha corregido, en buena medida, con la mejora de la valoración del último año.