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Gobierno regional | Información Ambiental | Información General sobre Calidad del Aire

La lluvia ácida

El fenómeno de lluvia ácida se produce cuando la humedad del agua reacciona con los óxidos de nitrógeno y azufre presentes en el aire y generan ácidos sulfúrico, sulfuroso y nítrico, entre otros, que reducen el pH de las precipitaciones que terminan por ser mas ácidas, con pHs de 3 a 5, que la lluvia normal, que tan sólo es ligeramente ácida, entre 6 y 7.

Así, la lluvia ácida al depositarse sobre el terreno y los seres vivos, dado su bajo pH, genera diversos efectos perjudiciales que variarán en función del nivel de pH finalmente adquirido en la precipitación, directamente relacionado con la concentración de contaminantes primarios existente en la atmósfera, y de la frecuencia de su generación y grado de exposición del entorno, directamente relacionada con las fuentes emisoras y con los fenómenos de dispersión y transporte de los contaminantes primarios.

El fenómeno de lluvia ácida generado de una forma persistente sobre un mismo entorno, ya sea a través de la propia lluvia o de la deposición seca, en forma de gas, pequeñas partículas o nieblas, termina por producir los siguientes efectos característicos:

  • Afecta a los materiales de construcción, acelerando su degradación ya que, dado su carácter corrosivo, puede disolver componentes como el carbonato calcio y afectar a edificaciones construidas con mármol o caliza, que por lo general suelen ser los materiales más utilizados en edificios históricos.
  • Afecta directamente a los tejidos de las plantas expuestas a la lluvia o a las deposiciones ácidas, debilitando su cubierta exterior y generando lesiones de mayor o menor gravedad que terminan por debilitar a la planta, afectando a la función fotosintética y haciéndola más vulnerable a plagas, parásitos, enfermedades y condicionantes climatológicos externos.
  • El bajo pH de la lluvia ácida favorece en el terreno la movilización de determinados metales tóxicos presentes de forma natural en el suelo. Estos metales pueden acceder a la planta a través de sus raíces bloqueando la adsorción de nutrientes, o afectar a los seres vivos y organismos acuáticos al lixiviar y terminar en ríos y lagos.
  • Además de los metales tóxicos, este mismo efecto de lixiviación y lavado de suelos se produce con otros cationes que son parte de los nutrientes esenciales de las plantas, como el hierro, el calcio o el zinc, o con los nitratos y sulfatos que estos contienen, lo que hace que los suelos se empobrezcan y las plantas no dispongan de los nutrientes básicos para su desarrollo y subsistencia.
  • Por otro lado, los nutrientes y metales que la lluvia ácida consigue movilizar y lixiviar terminan por aparecer el ríos, lagos y embalses, generando un efecto de eutrofización de los mismos y alternado su equilibrio natural.
  • El efecto sobre las corrientes de agua, lagos y embalses también se puede traducir en una disminución de su pH natural, lo que también afecta al normal desarrollo de los seres vivos que se desarrollan en este entorno.
 

 

 


 
 
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