El ozono existe
de una forma natural en la troposfera debido a
determinadas incursiones de la estratosfera y
a los procesos naturales que tienen lugar en la
biosfera a partir de la emisión de óxidos
de nitrógeno y compuestos orgánicos
volátiles procedentes de la vegetación,
procesos de fermentación y volcanes. Sin
embargo, este ozono en ningún momento alcanza
una concentración peligrosa. Es por las
emisiones producidas de forma artificial cuando
el ozono se puede convertir en un problema de
contaminación atmosférica grave.
El Ozono (O3) no se emite directamente
por ninguna fuente contaminante de emisión,
sino que se forma en la atmósfera por la
reacción de contaminantes primarios. Es
lo que se denomina un contaminante secundario.
En la troposfera el ozono se
genera y destruye a partir de reacciones químicas
en las que intervienen contaminantes primarios
tales como, NO2, NO y compuestos orgánicos
volátiles (COV's), ante la presencia de
oxígeno (O2), una fuerte y constante radiación
solar (en una longitud de onda de 295 a 430) y
altas temperaturas. La modificación de
alguno de estos factores se traduce en un incremento
o disminución del ozono, pudiendo alcanzarse
altas concentraciones de este contaminante. La
reacción típica con los óxidos
de nitrógeno es:

En estas reacciones un incremento
de la radiación solar provocaría
un aumento de la producción de ozono, así
mismo, introducir contaminantes como los compuesto
orgánicos volátiles, da lugar a
la generación de radicales libres que son
capaces de interactuar con los óxidos de
nitrógeno sin que se produzca destrucción
del ozono, lo que aumenta su concentración.
Pero sobretodo es el aumento en la generación
de óxidos de nitrógeno, de origen
antropogénico, la que provoca que la reacción
se desplace y se aumente la concentración
de ozono.
Se observa pues que la reacciones
de generación de ozono en la atmósfera
son complejas y, en ocasiones, la reducción
de uno de los precursores no lleva necesariamente
a la reducción del ozono generado, pudiendo
llegar incluso a aumentarlo. Es necesario pues
actuar conjuntamente sobre todos los contaminantes
primarios y con la antelación suficiente
para prevenir la generación posterior de
ozono.
El ozono en el aire ambiente
se mide en microgramos por metro cúbico
de aire (µg/m3). Pero la afección
de este contaminante viene dada no sólo
por su concentración, sino también
por el periodo de tiempo en el que ésta
se produzca (duración) y por el receptor
de dicha contaminación (seres vivos, vegetación
o materiales).
El Real Decreto 1976/2003, de
26 de diciembre, relativo al ozono en el aire
ambiente, que incorpora la Directiva 2002/3/CE,
establece una serie de umbrales de protección,
información y alerta establecidos como
valores orientativos que marcan el límite
superior de lo que serían los valores deseables
para la protección de la salud, la vegetación
o los materiales.
-
Umbral de información:
Nivel medio de 180 µg/m3 durante 1 hora.
-
Umbral de alerta a la población:
Nivel medio de 240 µg/m3 durante 1 hora.
-
Umbral de protección
de la salud: Nivel medio de 120 µg/m3
durante 8 horas.
-
Umbral de protección
de materiales: Nivel medio de 40 µg/m3
durante 1 año.
-
Umbral de protección
de la vegetación: AOT40= 6000 µg/m3
entre mayo y julio.
-
Umbral de protección
de bosques: AOT40= 20.000 µg/m3 entre
abril y septiembre.
La nueva Directiva 2008/50/CE
conserva a su vez gran parte de estos valores,
por lo que su vigencia se mantendría para
la determinación de la calidad del aire
en relación con este contaminante.
Son los umbrales de información
y de alerta a la población los que de una
forma más inmediata pueden afectar a la
población, estando concebidos como valores
a partir de los cuales podrían darse efectos
adversos sobre la salud de las personas. La superación
de estos umbrales da lugar a lo que generalmente
se denomina como "Episodios de ozono".
Los Episodios de ozono se producen
en aquellas situaciones en las que los componentes
principales, precursores del mismo, están
presentes de una manera más cuantiosa.
El principal de ellos es la radiación solar,
así, la gran mayoría de los episodios
se producen durante los meses de verano y primavera,
ya que es durante esta época donde se producen
los máximos de temperatura y radiación
solar.
La presencia de contaminantes
primarios resulta también de vital importancia.
Estos vienen generados por la industria y, en
mayor medida y en grandes aglomeraciones urbanas,
por el tráfico rodado, que emite grandes
concentraciones de óxidos de nitrógeno
y compuestos orgánicos volátiles
(procedentes de la mala combustión y la
evaporación de los combustibles).
En el caso de Castilla-La Mancha
las mayores concentraciones de ozono se pueden
llegar a alcanzar a primeras horas de la tarde
(entre las 13:00 y las 19:00 horas), salvo el
caso de la población de Puertollano que,
por sus características propias (geográficas
e industriales) suele experimentar las mayores
concentraciones de ozono durante las horas de
la mañana (entre las 9:00 y las 13:00 horas).
|
Gráfico:
Se puede observar en el presente gráfico
como la evolución media de una de
las cabinas de la Red de Control de la Contaminación
Atmosférica durante un día
del mes de enero presenta valores más
reducidos que la evolución presentada
durante el mes de agosto del mismo año
(los datos corresponden a los valores quinceminutales
validados de los meses de enero y agosto
de 2003) |
La Red de Control y Vigilancia
de la contaminación atmosférica
de Castilla-La Mancha lleva a cabo importantes
actividades y mejoras en relación al ozono,
al objeto de garantizar la fiabilidad de las medidas
y proteger e informar a la población de
posibles exposiciones a concentraciones elevadas
de ozono:
Utilización
de técnicas de medida más precisas:
La técnica de medida de referencia para
la medición de ozono establecida por la
Unión Europea es la denominada "Absorción
Ultravioleta". Sin embargo esta técnica
presenta un cierto nivel de interferencias con
determinados hidrocarburos en el aire que absorben
la misma frecuencia que el ozono, aspecto este
que podría aumentar de forma engañosa
las medidas de ozono en determinadas zonas, como
la de Puertollano. Por ello, la Red de Vigilancia
de Puertollano dispone de equipos que miden en
paralelo el ozono por una técnica analítica
diferente (Quimiluminiscencia), que permite cuantificar
en todo momento los causantes y la magnitud de
la interferencia.
Información
a la población: Los datos
de ozono de Castilla-La Mancha, al igual que los
del resto de contaminantes, se actualizan de forma
horaria a través de internet, estando a
disposición del público los últimos
datos horarios recogidos
por la red para cada contaminante y en cada una
de las doce estaciones de las que se disponen
actualmente.
En caso de episodios de contaminación
por ozono que superen los valores umbrales establecidos
por el Real Decreto 1976/2003, de 26 de diciembre,
la Red de Control y Vigilancia dispone de un protocolo
de actuaciones destinado a garantizar la correcta
información a la población, mediante
la comunicación a diferentes medios como:
Policía local, medios de comunicación,
ayuntamiento, etc. Dicho protocolo contempla incluso
un protocolo informativo de comunicación
con las empresas, destinado a conocer el estado
de las emisiones y de las industrias cercanas
que pudieran intervenir de forma indirecta en
el episodio.
Además, con la intención
de formar e informar a la población y público
en general con interés sobre este contaminante
troposférico, la Junta de Comunidades de
Castilla-La Mancha ha elaborado estudios e informes
sobre este y otros contaminantes, así como
cuadernos técnicos específicos que
permiten disponer de una extensa información.
Ampliación
de los puntos de medida de la red:
El ozono es un contaminante secundario que depende
en gran medida de la generación de contaminantes
primarios en la zona de estudio y su dispersión
en la atmósfera por las condiciones locales.
En este sentido, los esfuerzos de la administración
se orientan a la ampliación de los puntos
de medida y control del ozono, ya sea a través
de la implantación de nuevas estaciones
de control, habiendo pasado en los últimos
años de ocho a doce estaciones de control,
o mediante la utilización de nuevas tecnologías
como los nanosensores, habiendo implantado una
red pionera en España con la utilización
de 31 estaciones nanosensoras ubicadas estratégicamente
a lo largo del territorio Castellano manchego.
Como bien se ha comentado en apartados anteriores,
el ozono es una molécula muy reactiva,
altamente oxidante, que resulta tóxica
a elevadas concentraciones. El aparato respiratorio
es el mayor perjudicado por las altas concentraciones
en el aire ambiente, aunque la afección
a las personas, y por lo tanto los síntomas
que se experimenten, dependen de la distinta
sensibilidad de estas al contaminante y del
nivel y tiempo de exposición.
Un aumento en las concentraciones normales
de ozono puede afectar a las personas provocando
diferentes síntomas, aunque, por lo general,
los mismos difícilmente se distinguen
de las perturbaciones generales del estado de
la salud generadas por otras causas. Es decir,
un aumento significativo en las concentraciones
normales de ozono puede afectar en primer lugar
a los grupos de población más
sensibles, denominados "Grupos de riesgo",
y especialmente a enfermos de corazón
y pulmón.
Los primeros síntomas se traducen en
problemas respiratorios y empeoramiento del
asma, pudiendo producirse ligeras irritaciones
de las mucosas del sistema respiratorio que
provocan tos y garganta seca. Aumentos de concentraciones
pueden llegar a provocar un empeoramiento de
la función pulmonar, malestar general,
dolor de cabeza, disminución del rendimiento,
etc.
Mayores concentraciones, de aproximadamente
240 µg/m3, nivel al que está establecido
el umbral de alerta, han permitido observar
casos en los que se producen, además
de los síntomas anteriores, náuseas,
dolores pectorales al inspirar profundamente
y disminuciones temporales de la capacidad pulmonar.
Por encima de estos niveles se ha observado
también inflamaciones pulmonares, hiperreactividad
de las vías respiratorias y deterioro
de la función pulmonar. Además,
la exposición prolongada a altas concentraciones
de ozono puede alterar el sistema inmunológico
del aparato respiratorio, haciendo a las personas
más susceptibles a las infecciones del
mismo.
Los grupos de riesgo, sobre los que un aumento
en la concentración de ozono en el aire
ambiente podría resultar más peligrosa,
representan aproximadamente un 10% de la población
total y son:
-
Personas con afecciones respiratorias:
Las personas con enfermedades crónicas
respiratorias como el asma y la bronquitis,
con la capacidad pulmonar reducida, de avanzada
edad o con la capacidad inmunológica
reducida, pueden experimentar un agravamiento
de los síntomas habituales por el
aumento en la concentración de ozono.
-
Adultos que realicen actividad física
en el exterior: Aquellas personas que realizan
actividades física intensas en el exterior,
en las que se pueda producir fatiga, respiran
más rápido y más profundamente,
aumentando las dosis recibidas por el ozono.
Ello implica un aumento considerable en la
exposición con el consecuente aumento
en la afección.
-
Niños: Dadas las épocas en
las que se suelen producir las superaciones,
los niños son uno de los grupos con
más riesgo a la exposición,
dada la multitud de actividades físicas
al aire libre que suelen realizar.
-
Personas sensibles: Existen determinadas
personas que, por causas aún desconocidas,
experimentan una mayor sensibilidad al ozono,
viéndose afectadas por el aumento en
las concentraciones de este contaminante.
Estas personas, ante la comunicación de
un episodio de contaminación por ozono,
deben evitar la realización de esfuerzos
físicos prolongados al aire libre, previniendo
el contacto con agentes alergénicos (polvo,
polen, etc) en caso de tener asma.
Una vez producido el episodio
de ozono, las posibilidades de conseguir una reducción
significativa a corto plazo, adoptando medidas
correctoras, son mínimas, dadas las reacciones
que lo provocan y la propia inercia de las mismas.
Sin embargo, si es posible adoptar ciertos hábitos,
por parte de la población, que lleven a
la prevención de los niveles alcanzados
. Estos hábitos son:
-
Usar medios de transporte colectivos, o
no contaminantes (bicicleta o caminando),
evitando además desplazamientos innecesarios
y/o aprovechando el mismo coche para varias
personas. Esto permitiría reducir
las emisiones por el tráfico rodado,
máximas responsables, en la mayoría
de las ocasiones, de la emisión de
óxidos de nitrógeno.
-
Ahorrar energía en el hogar y en
el trabajo, utilizando de manera moderada
el aire acondicionado, lo que evitaría
la emisión de grandes cantidades
de óxidos de nitrógeno a la
atmósfera por parte de las centrales
de generación eléctrica.
-
Evitar la realización de actividades
que puedan emitir compuestos orgánicos
volátiles, como la utilización
de pinturas y disolventes que no sean de
base acuosa, el repostaje de vehículos,
etc, sobretodo durante las horas centrales
del día.
-
Realizar un mantenimiento correcto de los
vehículos y disponer en los mismos
de un catalizador regulado podría
disminuir la emisión de hidrocarburos
y de óxidos de nitrógeno durante
el funcionamiento de los mismos.
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