Por Julián Cantarero Sánchez

Agradecimiento de Teresa Fernández, esposa de Julián Cantarero.

Quiero dar las gracias a Ángel por este homenaje que hace al que fue su fiel amigo y amigo del alma. Horas antes de morir me dijo con mucha gracia: …-si siento morirme es por mi amigo del alma. (haciendo referencia a Ángel y a sus partidas de mus).

Adelante Ángel, te felicito por todo lo que sabes crear y conservar. “El que siembra recoge aunque la tierra no sea fértil”.

Han sido muchas las personas que han querido tener el libro que Julián escribió en sus últimos días y gracias a Internet podéis leerlo, ya que él con esa ilusión lo escribió. Por ello, en nombre de mi hijo y mío, quiero agradecer a todas las personas que han mostrado gran interés por conocer el proceso de su enfermedad.

Creo que sus amigos, sus compañeros, etc. pasarán unos momentos de gozo recordando a un buen amigo.

Un abrazo lleno de agradecimiento de esta humilde familia; que JULIÁN desde donde esté nos guié y proteja.

Tribaldos, agosto 2005

Su viuda

 

INTRODUCCIÓN

 

 

Soy Mª. Teresa, esposa de Julián, quiero escribir algo ya que mi marido así me lo ha pedido, aunque no es tarea fácil y reconozco que mis conocimientos como narradora son pobres y carecen de base firme para apoyar el peso que ello conlleva.

No obstante, me conoceréis algo mejor los que aún no sabéis quien soy, entre ellos, amigos de Julián.

Hay temas que a veces escribo y en mis renglones tienen preferencia, entre mis frases favoritas, a propósito de su enfermedad:

“Que tu sonrisa llene de amor un sufrimiento, pero que el sufrimiento no borre nunca tu sonrisa”.

Con esta frase nos identificamos Julián y yo, y nos sirve de espejo para mirarnos, los veinticinco años que llevamos de matrimonio; he sufrido, pero todo se lo he ofrecido al Señor por amor, jamás le he pedido a Dios nada solamente hágase tu voluntad, yo seré feliz y te daré gracias por todo.

A la temprana edad de los 18 años empecé a ver en mi familia el dolor, mi hermano con veintiocho años quedaba parapléjico, fue muy duro de llevar para todos. Después tuve tres hijos, los cuales el Señor me quitó antes de ver la luz de esta vida. Seguidamente me operé y gracias a Dios tengo un hijo maravilloso, que es mi gran apoyo. Luego mi padre cayó con una enfermedad degenerativa; y ahora mi esposo Julián con un cáncer de páncreas necrosado, algo que me llenó de dolor en el momento que me lo comunicaron los doctores: Moreno Azcoita, Díaz Jiménez y Fernández Luengas.

Lo bonito de todo esto es que todavía me quedan fuerzas y jamás me canso de dar gracias a Dios, para que la esperanza esté siempre viva y nunca se vea truncada.

No quiero extenderme ya que Julián hará una exposición de cómo han ocurrido los hechos.

Cuantas veces he recorrido los pasillos del hospital, en el silencio de la noche, lo mismo me daba que fuesen las dos, las tres o las cuatro de la madrugada, los paseaba llorando y mirando al cielo diciéndole a Dios: -ayúdame, dame fuerzas y valor para todo lo que Tú me mandas-. Creo que me lo está dando, esto hace que se me haga más fácil y llevadero.

Hoy, a los seis meses de su operación, creo que soy su mejor psicóloga. En los primeros días de su enfermedad su carácter cambió; a mi hijo y a mí nos hablaba fuerte y con rabia, incluso quería estar solo y aislado, era como si tuviese la lepra o algo contagioso. Nosotros le dábamos todo el cariño y respeto pero era duro de llevar y convivir con él, en casa no era tarea fácil.

Un día me planté y con buenas formas de diálogo le dije:

-papá, no nos ignores a tu hijo y a mí, porque nosotros tres somos una familia y vamos a seguir siéndolo, pase lo que pase tu hijo y yo siempre estaremos junto a ti y nunca te abandonaremos, ni en lo bueno ni en lo malo, así que sal a la calle, disfruta de la vida y no pienses más, que todo ser humano nace y muere, sin saber a quien le tocará primero; así que vive la vida, por favor ...”

Los primeros meses en casa fueron muy duros, solamente lo sé yo y lo tengo en mi corazón. Me pasaba la noche en vela, escuchando su respiración, era algo sin fuerza, apagado, lento ...; tenía que ducharlo, vestirlo, etc. Hoy él ya hace todo solo, gracias a Dios; esta enfermedad es horrible, tan pronto está lleno de vida como en un momento parece que se apaga, y su cabeza falla sin querer.

Un día comentándolo con la doctora me dijo: -Teresa, ¿qué harías tú en su lugar?. No sé, le contesté, es tan triste y tan claro verle de la noche a la mañana como algo que no tiene utilidad que espero comprenderlo. Tanto la Oncólogo como la doctora de cabecera, Rodríguez López, dicen que han visto casos pero el de Julián y el mío están fuera de lo común; él por su parte como comprende todo lo de su enfermedad, lo estudia y lo asimila; yo por la mía, en el papel de actriz, interpreto sabiendo todo y no perdiendo la ilusión, siempre con bromas le hago comprender mejor.

Pienso, algún día cuando acabe esta función de teatro, si así se puede llamar y se baje el telón ¿cómo estaré yo?: fuerte, débil, despierta ... Sólo lo sabe Dios.

En este pequeño relato quiero decir a todos los familiares, amigos, etc., gracias de todo corazón; y si alguno de vosotros vive algo así, que no os lo deseo porque es ahora cuando te das cuenta de tantas y tantas personas que han sufrido y sufren esta cruel enfermedad, recordad a esta familia como ejemplo de paciencia y amor a Dios.

Mi hijo me dice: -Mamá, el cáncer nos ha tocado como uno más entre tantas familias. Y así es; ojalá fuese todo un sueño y tenga feliz despertar, ahora solo nos toca esperar, esperar y esperar. 

DULCE ESPERA 

Aunque sufras en silencio,
no llores,
goza de tu libertad,
del aire que respiras
y el amor a los demás. 

Entrega tu cariño
y no exijas más
humilde, sonriente, fuerte
así es como debes estar. 

Mira como el pájaro vuela
y no piensa en un final,
así te deseo esposo
que no dejes de volar,
ten a Dios en tu presencia
y a tu familia como imán.

Con todo mi cariño

Mª TERESA FERNÁNDEZ
Octubre, 2.000

 

RECONOCIMIENTO DE UNA AMISTAD
por Ángel Mansilla Sáez

El día 5 de marzo de 2.000 visite a Julián, en el Hospital de Getafe antes de ser operado, y le dije que ahora tenía que jugar la partida más importante de su vida y además tenía que jugarla él sólo contra todos los adversarios que se iba a encontrar: operación, postoperatorio, quimioterapia, ...

Estoy seguro que son muchos y muchas los que hubiésemos querido ayudarte en esta partida a la que estás comprometido.

Nosotros dos han sido muchas las partidas que hemos jugado juntos:

    • Fiestas de Santa Ana
    • Campamentos con los peques de Tribaldos
    • Asociación Cultural “Santa Ana”
    • Nuestras partidas de “mus”

Y por ello quiero hacer un breve recorrido de estos años, para que sirvan como recuerdo de los buenos tiempos pasados.

Empezamos los dos juntos como colaboradores en las Fiestas de Santa Ana en el año 1.980, 81, 82, 83 siendo Alcalde de Tribaldos Ángel Ferrán Torres y posteriormente durante los años 1.988, 89, 90, 91, siendo Alcaldesa Pepita Gómez Bustos. Durante la primera legislatura del actual Alcalde, Julián Fernández Albares, en los años 1.992, 93, 94, 95, los dos pasamos a formar parte de la Junta de Festejos y por ello nuestra colaboración estuvo más vinculada con el pueblo.

Tú te encargabas, con la ilusión que te caracteriza, de los programas de fiestas y conseguías que estos saliesen gratis o que apenas costasen. Al igual, en la organización de concursos para todas las personas. Eran para nosotros unos días dedicados plenamente al servicio del pueblo de Tribaldos.

Recuerdo el año que te dedicaste a la preparación de un cabezudo para hacer las delicias de los pequeños, tu mayor ilusión era que otros lo pasaran bien.

 

Y así ocurría, en el año 1.989, me propusiste que nos fuésemos unos días, con los chicos y chicas del pueblo, de campamentos y enseguida nos pusimos manos a la obra y organizamos una acampada, en el paraje “Pozo D. Juan”, que gracias a Dios nos salió maravilloso y estoy seguro que todos los chicos y chicas lo recuerdan.

 

 

Tú te encargabas, entre otras cosas, de la preparación de las cenas y de poner música a las letras de las canciones. Recuerdo en este momento las primeras tortillas españolas que le hiciste a los chicos, no podían salirte bien pues no parabas de reír. También recuerdo una de las canciones que enseñaste a los chiscos/as:

CANCIÓN: UN DÍA EN EL CAMPAMENTO

En el campo del Pozo Don Juan
todos los muchachos por la “madruga”
se levantan para ir a lavarse
unos con Mansilla otros con Julián.

“Pa” desayunar
las galletas y un vaso de leche
y un vaso de leche
¡que buenos están! 

Y pa comer
comeremos con gran apetito
lo que nos cocine
el señor Manuer.

Muchachito que estas en el campo
contento y alegre en tu LIBERTAD
corre y dile a todos los amigos
lo bien que lo pasas en el Pozo Don Juan.

Y al anochecer...
todos juntos en el campamento
los chistes y juegos
que vamos hacer.

Luego a descansar
y a pasar una noche muy buena
hasta el nuevo día
por la “madruga”.

(Compositor: Juan Bermejo
Música: Los Campanilleros)

Y que decir de la Asociación Cultural: las cenas de convivencia, las excursiones (Río Cuervo, Lagunas de Ruidera, Cuevas del Águila), las exposiciones (Fotografía y Dibujo, Objetos Antiguos, Obras Artesanales), las obras (empotrado de luz, colocación de ventanas y arreglo de la planta primera, la obra del bar, y la obra de la pared), la compra de mobiliario, televisores, etc., ¡cuántas horas dedicadas a la Asociación!.

En este caso fui yo quien te pidió que me acompañases, como Secretario en esa Junta Directiva que durante los años 1.990-91-92 logró, gracias a un grupo numerosos de personas, y de una manera callada, todo aquello que se propuso y supo hacer renacer la ilusión que desde el año 1.916 habían puesto un grupo muy numeroso de vecinos de la localidad de Tribaldos en la creación de la Sociedad Obrera “La Caridad”.

Por último que decir de las partidas de “mus”, cuantos campeonatos ganados en Tribaldos; que comportamiento tan exquisito en nuestras salidas a Villarrubio o Huelves, donde los participantes, después de ganarles, nos invitaban a cenar en sus casas. Lo peor de todo, nuestra última participación en el Campeonato de Tribaldos - 1999, (de donde fuimos expulsados, sin poder jugar con los contrarios) bien dicen: “nadie es profeta en su tierra”. Digo bien “su tierra” ya que ha sido Tribaldos el pueblo por el que hemos luchado, codo a codo, y por el que hemos dado todo; pero estoy seguro que ambos lo hemos hecho sin desear nada a cambio.

Siempre que hemos jugado al mus te decía que eras el mejor defensa del mundo de este juego y es por ello por lo que te pido y por lo que deseo que esta partida que empezaste a jugar el día 23 de febrero del 2.000 la termines ganando, sin órdago, como a ti siempre te ha gustado, poco a poco; ya has ganado varios juegos: la operación y la quimioterapia.

Sigue luchando que somos muchos, muchos los que deseamos que ganes esta partida.

Marzo, 2.001

 

PRÓLOGO
por Julián Cantarero

Es la primera vez que voy a intentar meterme en un campo que ni es el mío, ni siquiera lo domino; pero en esta ocasión quiero armarme de valor y ver si soy capaz de hacer una crónica narrada de cómo se han desarrollado los hechos de la operación que me han practicado.

Por su temática literaria “CÁNCER EN EL PÁNCREAS” es un libro que recoge la memoria de mi enfermedad con aportaciones gráficas de los órganos extirpados y las funciones que cada uno de ellos desarrolla.

Desde el día 23 de febrero fecha en la que ingrese en el Hospital “Universitario de Getafe” hasta el día 27 de marzo, fue un periodo de tiempo que estuve sometido día tras día a una serie de pruebas:

    • análisis de sangre
    • análisis de orina
    • radiografías de abdomen, espalda y tórax
    • ecografía
    • electrocardiograma
    • resonancia magnética
    • escáner

hasta llegar a obtener toda la información necesaria.

Una vez que el cuadro médico ha tenido todos estos informes y pruebas en su poder han procedido a la operación (con gran éxito).

Tenía gran ilusión por hacer una descripción y conocer de cerca como habían transcurrido los hechos, pero no sabía como darle forma ya que mis conocimientos como narrador son muy escasos y limitados; pero no obstante, me puse manos a la obra y enseguida empecé a bucear. Fui tomando nota de todos cuantos acontecimientos pasaban para dejarlos estampados en este ejemplar, no contaba con nada, ni con nadie, no poseía información de ningún tipo; Tere me decía que hago muchas preguntas a los médicos y yo le contestaba que quiero saber o que me expliquen algo de lo que ignoro; es que además, me anima a seguir de cerca lo que me han hecho ya que a su vez soy parte interesada.

Me he enfrentado con un montón de dudas pero la mayoría de ellas se han ido resolviendo a base de preguntar y preguntar, aunque en más de una ocasión me habrán llamado pesado. Cada día estoy más convencido de que el que se marca una meta, por muchos obstáculos y dificultades que tenga, si se lo propone la consigue y llega al final.

En esta vida no te regalan nada, los conocimientos que se obtienen es a base de una preocupación o un interés que te has tomado; a parte del sacrificio, claro está, este ejemplar no hubiese sido posible sin el apoyo y el respaldo de la Dra. Díaz Puente, del Área de Oncología del hospital de Getafe, la cual me ha facilitado muchos de los datos necesarios para hacer un análisis completo de la narrativa de este libro.

Desde el primer momento los Drs. me han informado de todo cuanto se me iba a hacer, nunca me han ocultado nada, (aunque algunos Drs. son herméticos a la hora de dar una respuesta al paciente). Por la información recibida de algunos Drs. yo sabía que la operación podría tener sus riesgos, que iba a ser larga y delicada y que el postoperatorio sería lento y de mucha paciencia, como así está ocurriendo.

Cada día que pasa lo que más respeto me causa es el tumor cancerígeno, aunque estoy mentalizado en que puede estar limpio y en proceso de curación, pero eso es una incógnita y no se a ciencia cierta si mi deseo está resuelto o no. Estoy poniendo mucho empeño porque la fe y las ganas de vivir que tengo son tantas que si tuviese que empezar de nuevo con mucho gusto lo haría. Yo pienso que la clave está en el espíritu de superación, y que con el día a día me he propuesto conseguirlo.

 

 

 

 

 

Este libro por su temática se ha dividido en cuatro partes:

DIARIO DE LA ENFERMEDAD.

NARRATIVA DE LA OPERACIÓN.

ÓRGANOS EXTIRPADOS Y SUS FUNCIONES.

LA QUIMIOTERAPIA. 

 

 DIARIO DE LA ENFERMEDAD

A principios del mes de febrero de 2.000, Tere, mi mujer me comentaba:

- tienes un color tanto en cara como en ojos verde-amarillo que no me gusta nada
- incluso estas más delgado
- tenías que hacerte unos análisis

y yo le respondía:

-Tere, si a mi no me duele nada
-sabes que al médico se va cuando uno no esta bien
-haz el favor de no repetir tantas veces las cosas
-siempre con el mismo sermón
-yo se muy bien cuando tengo que ir al médico, que no soy tan niño

Haciendo una reflexión sobre mis respuestas hacia Tere he pensado que no eran las más adecuadas, ni las más correctas; ya que lo que me decía era por mi bien, pero uno se empeña en no estar enfermo aunque la enfermedad vaya haciendo acto de presencia en nuestro organismo e incluso valoramos más nuestro trabajo diario que nuestro propio cuerpo, por ello no podemos perder un tiempo en revisar nuestra salud. Este era el motivo por el que yo no quería hacer caso a sus indicaciones y a veces le daba unas contestaciones no demasiado acordes con su buena voluntad.

Los días iban pasando y yo sin darle importancia, el caso es que me miraba al espejo y yo veía que los ojos y tez de cara no tenían un color natural, cuando el día 23 de febrero, sobre las 8:35, dentro del vagón del metro y más concretamente en la estación Méndez Alvaro, tuve un dolor de vientre tan fuerte que me dejó sin habla y un sudor frío que tuve que bajarme del mismo y sentarme en el banco del anden. Me quité el anorak y lo doble sobre mi vientre, estaba deseando llegar a la oficina ya que el camino era más corto que el que me separaba de casa. El dolor se me fue pasando, poco a poco, y así pasé el día con un dolor leve pero llevadero. Estuve terminando un proyecto y cual sería mi estado físico que el Arquitecto D. José Manuel Barbero me preguntó: - Julián ¿te encuentras bien?.

Mi respuesta fue que si, le dije que me había dado un dolor esta mañana en el vientre, y él me comentó: - estoy observando que tienes un color aceituna en la cara y no te veo nada bien, así que te vas a marchar ahora mismo al médico.

Yo le respondí que por la tarde no tenía médico, y siguió insistiendo para que me marchase, diciéndome que estaría mucho mejor en casa. Pero como el dolor se me estaba pasando le dije que había que terminar el proyecto de la parcela 6-R1 para meterlo mañana en el Colegio de Arquitectos, como así lo hicimos.

Por la tarde le comente al Arquitecto D. José Mª Asensi, en presencia del Aparejador D. Fernando Llanos, todo lo que me había sucedido y yo entre broma y broma les dije: -estoy preocupado, algún cáncer tengo y yo tan tranquilo. A lo que comento Fernando: - algo menos será, algún principio de hepatitis o cosa por el estilo. Les indique que mañana iría al médico para ver que me dice. Lo cual al Sr. Asensi le pareció bien, y me dijo: - espero y deseo que no sea nada importante.

Cuando llegué a casa, por la noche, me preguntó Tere: - ¿qué tal has pasado el día?- y le conté todo lo que me había ocurrido.

Ella me dijo: -y ahora que ... , estas viendo como yo tenía razón, mira que te lo estaba diciendo, Julián ves al médico y tú sin hacer caso, es que eres un cabezón y sabes que lo que te digo es siempre por tu bien. No tuve más remedio que callarme porque no tenía ningún motivo ni argumento para rebatírselo.

Yo era reacio de ir al médico, prueba de ello que en los 52 años que tengo nunca he ido, ni siquiera a hacerme un chequeo, cosa que estoy muy arrepentido. Lo que si tengo claro es que si algún día volviese a quedarme limpio me haré mis revisiones médicas e incluso invitaré a todas las personas a que las hagan y quizás se eviten de muchas cosas desagradables, como a mi me ocurrieron.

Me limité a decirle que me preparara la tarjeta del médico, que mañana iría a que me viesen. Tere me respondió: - mañana no, ahora mismo nos vamos a urgencias, porque así todo irá más rápido tanto en análisis como si te tienen que hacer alguna prueba.

Así lo hicimos el día 23 de febrero, a las 22:45, llegamos al Hospital “Universitario de Getafe” a urgencias; donde fui atendió por el doctor que estaba de guardia.

Me sometí a una serie de preguntas a las que fui dando respuesta

P.- ¿Qué me había hecho el ir a urgencias, el dolor o el color?
R.- El dolor
P.- ¿El dolor te ha repetido alguna vez más?
R.- No
P.- ¿Has perdido peso?
R.- Alguno kilo
P.- ¿Cuánto bebes?
R.- Dos cervezas de 33 cl. diarios.

Tras hacerme los correspondientes análisis de orina, sangre y una radiografía de vientre, el Dr., que nos atendió en urgencias, habló con Tere y le dijo: -Hemos optado por dejar ingresado a Julián para hacerle un estudio más profundo y meticuloso, así que usted se puede marchar esta noche a casa.

Me ingresan en la habitación 252, cama 2. Es el Dr. Fernández Luengas quien me informa cada día, al pasar su visita, de las pruebas que me tenían que realizar. Como los días pasaban y no me decía nada de si tendrían que operarme o no, yo le pregunte ¿doctor cuándo me operarán? y el me respondió: - para operar hay que tener todas las pruebas y estar seguro de dónde viene el foco de infección, tú tranquilo que serás el primero en enterarte.


Haciendo un alto en el camino, quiero recordar como es un día para una persona ingresada en el Hospital “Universitario de Getafe”.

 

MAÑANA

8:00

Visita del capellán para administrar la Santa Comunión

8:00 a 8:30

Aseo personal

8:30 a 9:00

Desayuno

9:00 a 10:00

Lectura periódico

10:00 a 11:00

Limpieza de habitación, cambio de sábanas

11:00 a 12:00

Visita médicos

12:00 a 13:00

Pasear

TARDE

13:00 a 15:00

Comida

Cambio de turno

15:00 a 16:00

Siesta

16:00 a 18:00

Visitas

Temperatura, medicamentos,..

18:00 a 18:30

Merienda

18:30 a 21:00

Lectura y TV.

21:00 a 22:00

Cena

22:00 a 23:00

Temperatura, medicamentos,
Cambio de turno

 

Nota: Los enfermos disponemos de un timbre las 24 horas del día para comunicarnos con el control de enfermos, en caso de emergencia.


Una vez en su poder los análisis de sangre, orina y radiografías de vientre, me comunicó que no eran suficientes y que tenían que hacerme una ecografía abdominal.

El día 26 de febrero a las 11 de la mañana se presenta una celadora con una silla de ruedas y me dice que le acompañe, que tienen que hacerme una ecografía, nos dirigimos hacia la sala donde me iban a hacer la ecografía, el doctor me mandó echarme en la camilla, me descubrí la tripa y dándome vaselina empezó a realizar con el ratón una serie de movimientos, los cuales quedaban reflejados en un monitor donde se veían los órganos del abdomen. A los pocos minutos entró en la sala otro doctor y entre ellos comentaban y discrepaban aspectos diferentes uno del otro.

Uno decía que era barrillo en la vesícula el otro que podría ser de la misma infección que estaba extendida; de nuevo me dan otra vez vaselina en la tripa y empiezan de nuevo, es en esta vez cuando, según el parte médico, se detecta una tumoración en cabeza del p áncreas.

Una vez concluida la prueba el Dr. Fernández Luengas, posee otro dato más, pero me comunica que no es suficiente porque la prueba no aporta nada nuevo a lo que ya sabían.

Seguidamente optaron por hacerme una resonancia magnética y un escáner y con ello dan como cerrado el periodo de pruebas para proceder a la intervención quirúrgica.

Llegó el Dr. Fernández Luengas como todos los días a la habitación y me preguntó qué como me encontraba; yo le respondí: que bien, qué si había nuevas noticias. Y el médico me dijo: -bueno ya tenemos todas las pruebas y hay que operar.

Durante unos minutos, nos quedamos solos en la habitación y haciendo un comentario sobre la operación me dijo:-Julián, hemos tardado unos días en las pruebas porque queríamos estar seguros y ver el punto concreto del cual procede todo el mal.

Yo le respondí: - ¿no será un tumor cancerígeno? – él me respondió que si, pero que eso no tenía que preocuparme.

Me preguntó que opinaba, yo le dije: - que estaba en sus manos y que hiciese lo más conveniente, pero por favor no le diga nada de lo que tengo a mi mujer. Pues yo no quería que mi mujer se enterará para que así ella no sufriera.

En esta ocasión el médico no me respetó, parece que le faltó tiempo y al salir de la habitación se lo comunicó a ella igual que a mí, sin ocultar nada.

Cuando Tere pasó a la habitación me preguntó si el médico me había dicho algo, yo le respondo que como ya tienen todas las pruebas han decidido operarme el día 9 de marzo. Yo le hago a ella la misma pregunta y recibo de ella la misma respuesta, -me ha dicho el médico que el día 9 de marzo te operan.

Como se acercaba la fecha de la operación me sentía con la necesidad de estar preparado espiritualmente. Aunque a veces nos separamos y olvidamos de la fe que tenemos en Dios y cuando llegan estos momentos queremos estar junto a Él.

Quería pedirle perdón ya que estaba en deuda con Él, lo quise hacer bajo confesión; y así el día 4 de marzo pedí un sacerdote para confesarme y me dijo que a parte de confesarme me iba a administrar la Unción de Enfermos, me puse muy contento y lleno de alegría, porque al fin y al cabo es otro Sacramento que recibes y los que tenemos tendencias cristianas nos alegra mucho más.

He comprendido de este Sacramento:

La Unción de enfermos no es:

 La unción de enfermos es:

Unos días antes de la operación, haciendo reflexión y no sabiendo como te van a salir las cosas, hablé con Tere y le dije:

-Tenemos que dejar todo arreglado antes de la operación

Ella me comento:- tú no tienes que pensar en nada.

Yo le respondí: - mira soy positivo y realista y lo único que pretendo es hablar las cosas ahora que somos y estamos conscientes. Yo creo que tenías que llamar al pueblo y decirle a tu hermano Julián (el Alcalde) que nos reserve una sepultura de tres cuerpos lo antes posible. Yo se que no va a ocurrir nada, porque es tan grande la fe que tengo depositada en Dios, pero si ocurre lo peor no tienes que precipitarte; así lo hicimos, mucha gente se ha horrorizado al enterarse de dichas declaraciones, claro que no es muy agradable; pero las cosas son como son y así hay que aceptarlas.

El día 8 de marzo fue un día de reflexión y a la vez muy especial, en la que te ves rodeado de todos los tuyos, algunas veces ves que las caras no están tan alegres como tú quieres y sin querer, en el rostro, hacen acto de presencia alguna que otra lágrima.

Las visitas de enfermeras en la habitación es constante, están muy pendientes de las últimas pruebas que te hacen: electrocardiograma, presión arterial, te toman la temperatura, incluso me pusieron una vía en la mano izquierda para caso de emergencia y posteriormente me sirvió para administrarme algún que otro medicamento. Por otra parte no faltan los ánimos que te dan diciéndote que todo va a salir bien, y sobre todo que a partir de las 0:00 horas no hay que tomar nada, ni siquiera agua. 

 

NARRATIVA DE LA OPERACIÓN

 

Llego el día esperado, 9 de marzo, son las 7 de la mañana y como estaba previsto se presentó el celador en la habitación 252 preguntó por mi nombre y tras despedirme de Tere, otra vez con lágrimas en los ojos, me condujo en camilla camino del quirófano. Una vez en la sala junto al quirófano estuve esperando unos 30 minutos, se acercó el anestesista Dr. Ruiz Campa y me acompañó hasta el quirófano nº 11 .

Dentro del mismo, y antes de dormirme, el anestesista Dr. Ruiz Campa me comentó primero te voy a poner una anestesia epidural, ya que ésta se emplea especialmente en la cirugía abdominal; y posteriormente anestesia total, con un catéter en la espalda, para que expulses la anestesia cuando llegue el momento; en esos instantes me quedé dormido ya no recuerdo nada más.

Me desperté de la anestesia y allí estaba Tere, como siempre, pegada a la cabecera de la cama; eran las 16 horas del mismo día, me dejaron en la sala de recuperación, donde permanecí veinticuatro horas, durante este periodo de tiempo estuvieron observándome de cerca.

El tiempo que permanecí en la sala de recuperación no fue muy bueno que digamos, o al menos me lo pareció a mí; quizás porque fueron unos momentos en los que no estuve con la suficiente lucidez que se requiere para pedir las cosas. Allí observé y sentí en mi mismo como alguna persona sanitaria, concretamente la enfermera que aquel día estaba de guardia, no estuvo a la altura de las circunstancias (empezando por lo humano y terminando por lo profesional). No pienso que fuesen motivos para subir de tono todas las respuestas a las preguntas que le formulé.

Me acuerdo que le pedí una gasa mojada para ponérmela en los labios, que los tenía resecos, y me respondió con aires de desprecio y secamente: - oiga usted, no sabe que no se puede beber agua.

O cuando le dije: - por favor, ¿me puede subir la cama?. Su respuesta: - en la cabecera de la cama tiene el mando.

O cuando me hicieron la cama, como yo no podía levantarme me dijo: - le vamos a hacer la cama, pero muévase, ponga usted algo de su parte. Estaba deseando subir a la habitación

Cuando la enfermera pasó a la sala donde yo estaba, (no la vi con cara de hacer favores) le pedí perdón por si en algo le había ofendido, debido a que podría estar bajo los efectos de la anestesia y no controlaba mis preguntas y la interpretación de sus respuestas.

Pienso que fui un buen paciente, sin causar ningún tipo de molestias; aunque si esto no fue así, de nuevo, pido perdón; yo no guardo rencor a nadie y por mi parte todo está olvidado.

En ningún momento tuve fiebre, ni vómitos, ni nada por el estilo; lo que si observe es que el lado izquierdo lo recuperé enseguida mientras que el lado derecho, tarde unas cuatro horas en sentirlo.

Mi reacción fue preguntar al médico de guardia que el lado derecho no lo sentía, me hizo como una reanimación de remos tanto de piernas como de brazos y vió como esa zona estaba sin fuerzas, como muerta, le pedí una explicación de cómo podía ser esto.

El médico me comentó que al ponerme la anestesia epidural el pinchazo se ha desviado un poco hacia el lado derecho y esta es la causa por la que tardarás en sentir ese lado, aunque la espalda tardarás más tiempo en recuperar ese tipo de acorchamiento que tienes, ya que se te puso un catéter para que expulsara la anestesia.

Conforme iba pasando el tiempo yo era consciente de todas las conexiones que tenía en mi cuerpo, me pusieron:

(Se efectúa este tipo de drenajes con el fin de tratar de conseguir una completa curación evitando la contaminación de la herida).

El día 10 de marzo a las 11 de la mañana me hicieron una radiografía de espalda y tras un chequeo general me dan el alta de la sala de recuperación y me suben a la habitación 242 cama 2, sobre la 15 horas; la tarde la pasé tranquila sin fiebre, la tensión arterial normal, en líneas generales todo positivo.

Máquina del dolor, con ella me suministraban la dosis de morfina
Máquina del alimento

Mi primer alimento fue a base de botellas de suero, seguido de bolsas de proteínas, las cuales me suministraba una máquina y a través de una sonda por la yugular. Tenía alimento las 24 horas del día, estas bolsas están compuestas por glucosa, proteínas, vitaminas, calcio, hierro, etc.

Recuerdo como la Dra. Maillo en más de dos ocasiones me ha llamado la atención y me decía: - Julián, hay que levantarse de la cama y darse una vuelta, que le veo poco pasear.

Yo estaba decaído, sin ganas de hablar, sin fuerzas y con dolores, le decía: - doctora, si no puedo moverme, si parezco un robot de todas las conexiones que tengo instaladas en mi cuerpo.

Segundo día después de operado,
todavía la ictericia sigue presente en mi rostro.

Tere me cogía del brazo y con paciencia, como siempre, dábamos paseos cortos por la habitación.

Las noches se hacían interminables de largas, sin dormir, con muchos dolores y con el agravante que no me podía mover de la cama a causa de las grapas que tenía de la operación, ya en su día recordé que con esta fecha:

Todos los años el primer viernes del mes de marzo voy a besar a Jesús de Medinaceli; pero este año, por circunstancias de la vida, el destino ha querido que esté en el hospital preso de la enfermedad; no obstante los familiares que han asistido han pedido mucho por mí y me dijeron, hay tres cosas que hay que pedir a Jesús para que te las conceda; mi respuesta fue rotunda y contundente, sólo me conformo con una: ¡tener salud!

En cuanto a lo negativo del postoperatorio, la verdad, es que he tenido días con fuertes dolores de estómago ya que la pérdida de peso fue de 14 Kg. y en unos días la anemia se apoderó de mí a pasos agigantados.

Esta fotografía muestra el corte por donde he sido operado,
con una sutura de 32 grapas

He tenido unos días que los niveles de azúcar los tenía muy altos, hasta llegar a sobrepasar los 300, los días pasaban y los niveles sin bajar, me llegaron a decir en el hospital que tendrían que inyectarme cuando me fuese a casa. Como las bolsas de proteínas tenían glucosa en su composición, al ponerlo de manifiesto, la eliminaron y con ello consiguieron que los niveles de azúcar alcanzase unas cifras de 100-110 (normal).

El alta del hospital está prevista dármela el día 24 de marzo, pero cual fue mi sorpresa que cuando fui a incorporarme en la cama empezaron los vértigos, todo me daba vueltas; tuvieron que llamar al otorrinolaringólogo y al verme con los drenajes y las grapas no pudo hacerme ninguna prueba por ello tuve que esperan unos días, hasta el día 27.

El mismo día 27 la Dra. Rodríguez López, me hace la primera visita en mi domicilio y durante 30 minutos estuvimos hablando de mi operación y hospitalización. Ella me comenta que no quiere que pase dolores y que el postoperatorio será lento, pero como soy joven está seguro que lo conseguiré.

La doctora lee el informe médico y me cometa: - la operación ha sido delicada

 

HOSPITAL UNIVERSITARIO DE GETAFE
INFORME DE ALTA

SERVICIO DE CIRUGÍA GENERAL Y DIGESTIVO

JEFE DEL SERVICIO: Dr. M. MORENO AZCOITA

F. INGRESO: 23-02-00
F. INTERVENCIÓN: 09-03-00
F. ALTA: 27-03-00
DIAGNÓSTICO PRINCIPAL: CA DE PÁNCREAS
TRATAMIENTO: DUODENOPANCREATECTOMIA CEFÁLICA
PERSONALES: SIN INTERES

INFORME

Paciente varón de 52 años de edad, que acudió a Urgencias por presentar ictericia de piel y mucosa de cuatro días de evolución, con coluria y acolia. Así mismo, presenta molestias abdominales.

ABD: blando, depresible, ligera hepatomegalia sin masas ni signos de irritación peritoneal.

P.COMPLEMENTARIAS Y ANALITICAS:

Destaca Dr. D 8; aumento de transaminasas y LDH. Resto de analítica, normal. Se decide ingreso para estudio de ictericia obstructiva,. Se practica una ecografía abdominal, donde se aprecia una tumoración en cabeza de páncreas y dilatación de la vía biliar intra y extrahepática. Se realiza CT ABD, apreciándose una masa en cabeza de páncreas con una zona de pancreatitis focal en cuerpo de páncreas, por lo que se decide tratamiento quirúrgico.

INTERVENCIÓN:

Con diagnóstico de tumoración de páncreas, es intervenido de manera programada y bajo anestesia general, el día 09-03-00, apreciándose una tumoración en cabeza de páncreas que mediante ecografía I.OP, se comprueba que es resecable por respetar planos vasculares, se aprecia una tumoración en meso colon, de la que se manda biopsia I.OP informada como necrosis grasa. Se realiza una duodenopancreatectomia cefálica con reconstrucción en dos asas, un asa para anastomosis pancreática y otro para anastomosis gástrica y biliar.

POSTOPERATORIO:

Cursa con una pequeña fístula pancreática, comprobada mediante analítica. Así mismo, presenta episodio de vértigo benigno, que no precisa tratamiento. Tras tres intentos de retirada de sonda vesical, el enfermo hace retención aguda de orina por lo que se decide sonda permanente. posteriormente el paciente evoluciona de manera satisfactoria encontrándose afebril, estable y tolerando dieta oral, por lo que es dado de alta en el día de la fecha.

A. PATOLÓGICA:

Adeno Ca de cabeza de páncreas moderadamente diferenciado que afecta a región ampular con extensión a pared y mucosa duodenal, tejido extrapancréatico, invasión vascular linfática y perineural. Márgenes de resención libres de tumor. Adenopatias libres de tumor.

RECOMENDACIONES Y TRATAMIENTO AL ALTA:

El paciente debe citarse a consulta de Urología y en consulta de Cirugía General para control.

Se cursa PIC al Sº de Oncología para valoración de tratamiento adyuvante.

Getafe, 3 de abril de 2.000

FDO. DR. M.MORENO AZCOITAFDO, DRA. C.L. MAILLO

Jefe del Servicio Médico Adjunto

 

El día 30 de marzo, la Dra. Rodríguez López, me hace la segunda visita, esta vez le acompaña la enfermera Maribel Bueno, me comprobó el azúcar, tenía 112, la presión arterial, normal, y me receta Termagin, para el dolor.

El día 1 de abril estuve en el hospital, en urgencias, y me atendió la Dra. Maillo Oliva; tras un saludo muy afectuoso me preguntó por mi estado a lo que yo le manifesté – sin novedad -. Al comentarle que comía bastante bien, sin rechazar nada, me retiró las pastillas de hierro que tomaba para la anemia.

Me mandó echarme en la camilla y me quitó el drenaje Jackson Pratt, que por cierto, me hizo mucho daño a pesar de que me decía que me relajase. Referente a la sonda de orina me mandó unas pastillas, Urolosín, hasta el día 27 que me tendrá que ver el Urólogo.

El día 4 de abril estoy citado en el hospital con la Dra. Díaz Puente, del Area de Oncología, con la que mantengo una larga conversación sobre los temas que quiero saber a cerca de mi operación. Tranquilo y sin nervios me pongo a dialogar y le pido que me explique, dentro de lo que ella pueda o sepa, punto por punto todo lo positivo y negativo.

Antes de hacerle las preguntas que quería saber lo medité mucho, fue como quitarme la venda de los ojos y ver la realidad de las cosas.

Ella con el informe en la mano me dijo: –según parte médico, se informa: Ingresas con una ictericia obstructiva, te han extirpado un Adenocarcinoma-pancreático, (tumor maligno de 3 x 1,8 cm. de tamaño), la vesícula biliar, la cabeza del páncreas, duodeno y siete ganglios linfáticos de 1,5 cm. Dentro de la operación y a consecuencia de lo bajo que estabas en defensas se te tuvo que hacer una transfusión de un concentrado de 400 cc. de sangre, arrastrando una perdida de 14 kg. de peso, debido al estado anímico contraído a raíz de la intervención. La operación duro ocho horas.

Seguimos la conversación y continua diciéndome – Julián, la operación ha sido muy seria, de momento todo había salido bien pero habrá que esperar y seguirla muy de cerca porque es muy pronto para dar un pronóstico. Próximamente te voy a hacer una radiografía y un escáner para hacer un estudio comparativo de cómo estabas antes y cómo ahora. En caso de darte alguna sesión de radioterapia será en el Hospital “12 de Octubre”, ya que en el de hospital de Getafe no disponemos de los medios necesarios.

Yo le insistí para que me dijese lo positivo y negativo, y sin ocultarme nada la doctora me lo explicó y con seriedad y atención la escuché. -No te asustes, todo irá muy bien, se te darán unas sesiones para matar las células dañadas, si es que las hubiese, y un rastreo sobre la zona afectada.

Estas palabras de la Dra. Díaz Puente me dejaron un poco deprimido, pero enseguida reaccioné y muy mentalizado pensé que había que seguir hacia delante con optimismo tenía que llevar la enfermedad.

Posteriormente me hizo un rastreo ocular por la zona operada, me destapó el drenaje de Jackson Pratt y me comentó que tenía buena pinta, que siguiera curándomelo con betadine; a continuación me auscultó con el fonendoscopio la espalda y el pecho, en la que no encontró ninguna anomalía.

El día 5 de abril, de nuevo en el hospital voy a la consulta del Dr. Jordá, otorrinolaringólogo, y tras hacerme un reconocimiento de ambos oídos, ya que tenía sordera y me producían vértigos, el Dr. me comentó que la sordera era a consecuencia de la pérdida de peso que había tenido.

Ese mismo día me visitó, en mi domicilio, la Dra. Rodríguez López y la enfermera, Maribel Bueno, siempre pendientes de mi y dándome ánimos, al fin y al cabo es una terapia que recibimos y que a la vez si estas deprimido te levanta la moral. Sin olvidar que es mi otro “confesor” y no debo ocultar nada de lo que me suceda ya que el ocultarle algo iría en contra de mi salud.

En su visita anterior me recetó Tremagin, para calmar el dolor, yo veía que me calmaban pero que a su vez estreñían; la doctora me comentó: –mira Julián, lo que yo quiero es que tu no tengas dolores, si estas pastillas te estriñen es porque tienen codeína; te mandaré un jarabe que te irá muy bien llamado Duphalac y te contrarresta el estreñimiento.

El día 12 de abril tras hacerme una analítica, a las 12 horas, tengo cita con la oncóloga, Dra. Díaz Puente, tuvimos una larga conversación. Fue un día especial lleno de esperanza y optimismo ya que la Dra. me comentó que había mantenido conversaciones con los compañeros del Hospital “12 de Octubre” y que no era necesario, de momento, darme las sesiones de radioterapia, aunque no descarta que con el nuevo escáner se vea alguna anomalía y por ello tengamos que aplicar algunas sesiones.

Esta incógnita se conocerá el 16 de mayo, cuando la Dra. Díaz Puente mantenga nuevas conversaciones con los compañeros del Hospital “12 de Octubre”.

Al día siguiente nueva visita de la doctora de cabecera, Rodríguez López, que como ya he manifestado muestra un gran interés por la evolución de mi enfermedad la cual sigue muy de cerca, le informó de todas las conversaciones y pruebas que me realizan en el hospital.

Como estaba previsto el 4 de mayo a las 13 horas me hacen un escáner para que junto con otras pruebas las manden al Hospital “12 de Octubre”.

Llega el 16 de mayo y me comunica la Dra. Díaz Puente, de Oncología, que las pruebas del último escáner no han salido bien y que están muy borrosas, pudiendo ser la causa el poco tiempo que ha transcurrido desde la operación y por ello no se ve nada. Lo que si me dice es que tengo algo en mi organismo que está alterado por lo que me tendré que hacerme una nueva analítica, para comprobar si es de la operación o ya la tenía antes de la misma; así que la analítica está prevista para el día 20 de junio y los resultados para el día 4 de julio.

Como me encuentro bien decido pasar unos días en Tribaldos, eso si, con consentimiento médico.

El día19 de abril me visita el médico de Tribaldos, Dr Isidro Sanz Polo, tras enseñarle el Informe de Alta me recetó medicamentos, de los que estaba tomando, me miró el azúcar, la herida y me auscultó con el fonendoscopio no observando ninguna anomalía.

El día 23 de abril, se corren las voces y se enteran que estoy en Tribaldos, las visitas no cesan de los pueblos cercanos: Saelices, Uclés, Villarrubio, Tarancón, etc, ... etc; lo cual es para mi un orgullo y me demuestra, una vez más, que Julián no está sólo, que se encuentra muy bien arropado por los incondicionales de siempre.

Tal como estaba previsto (si las fuerzas y el tiempo atmosférico me lo permitían), mi primera visita sería visitar la Ermita de Santa Ana, patrona de Tribaldos. Así lo hicimos y allí postrado de rodillas, tal como lo ofrecí en el hospital en esos momentos tan bajos y decaídos, les pido a Sta. Ana, a mi Virgen de los Remedios y al Cristo del Amparo su ayuda y protección, les doy un montón de gracias por ayudarme a salir de ese callejón sin salida en el que estaba metido.

El día 24 de abril me levanto bien, pero cuando estoy duchándome veo que me sale de la sonda de la orina unas hebras como si fuesen mocos de color marrón. Yo pensé que podría ser algo de infección ya que la sonda la tengo puesta mucho tiempo, concretamente desde que me operaron, decido ir al médico y la enfermera Nieves Martínez me hizo un lavado de sonda en presencia del médico.

Por la tarde regresé a Madrid y tenía una gran preocupación porque llevaba cinco horas sin romper a orinar, fue una tarde interminable y con gran dolor, era lunes de Pascua, las carreteras con grandes retenciones de tráfico, por fin llego al hospital de Getafe a las 18:37, ya rompiendo a orinar, explico los motivos de mi visita y enseguida me hicieron un lavado, me sacaron la poca orina que deposité en la bolsa, me hicieron un análisis de la misma y en este intervalo de tiempo el médico me preguntó que cuanto tiempo llevaba puesta la sonda yo le dije que desde el día 9 de marzo, fecha en que fui operado de un tumor maligno, llamado Adenocarcionama Pancreático.

El Dr. García Septien me dijo que conocía bien mi operación, le pregunté si estaba en el cuadro médico que me operó; me comentó que pertenecía a cirugía y que se había interesado por esta operación ya que era muy interesante, por su envergadura y por la cantidad de órganos extirpados, ya que fue la primera que se había hecho en el de Getafe.

En su informe médico decía:

Tenía escozor y dolor, acompañado de orina algo turbia con restos sólidos, se hace lavado por la sonda obteniéndose orina turbia y posteriormente se decide cambiar la sonda ya que los análisis manifiestan gran infección en la orina y los campos están llenos de leucocitos.

Me recetó unas pastillas, Surnox, 1 comprimido cada 12 horas hasta que acudiese a la cita del Urólogo el 27 de abril.

Los resultados de los análisis de orina son:

HOSPITAL UNIVERSITARIO DE GETAFE

BIOQUÍMICA
LABORATORIO DE URGENCIAS
ORINA

Sistemático orina

Uri-Densidad relativa 1020
Uri-nítrico; c ar (0;1) Positivo
Uri-ph6.0
Uri-proteína; g arb (0;5) Positivo
Uri-glucosa; c arb (0;5) Negativo
Uri-metilcetona; a arb (0;5) Negativo
Uri-urobilinogeno; c arb (0;5) Negativo
Uri-bilirrubina; c arb (0;5) Negativo
Uri-hemoglobina; c arb (0;4) Positivo (+++)
Uri-sedimentoLeucocitos camp llenos

El día 25 de abril, me encuentro con fuerza, voy al ambulatorio de Getafe y visito a la Dra. de cabecera Rodríguez López, le comento lo que me había sucedido el día de antes, me hizo una receta de Surnox y recogí los partes de baja, como cada semana. Le pregunto- ¿durante cuánto tiempo tengo que venir a recoger los partes médicos?

A lo que ella me respondió: - durante 18 meses.

Le comente que cuándo podía empezar a trabajar, ella se calló; volví a repetírselo y su respuesta fue: - primero a recuperarse y luego hablamos.

El día 26 de abril tengo nueva citación en el hospital con la Dra. Maillo Oliva. Me estuvo mirando la cicatriz de la operación y me dijo que estaba muy bien, me preguntó que como me sentía a lo que le respondí que fenomenal, que tenía mucho apetito y no rechazaba nada, que no tenía fiebre, eso si, alguna que otra vez tenía dolor de estómago.

Le comente la conversación mantenida el día 12 de abril con la Oncólogo la cual me dijo que, de momento, no era necesario ninguna sesión de quimioterapia, que me haría un nuevo escáner para comparar con el primero. Todo le pareció muy bien y positivo, me citó para una nueva consulta en el mes de septiembre; aunque me dijo que si por cualquier causa no me encontrase bien ya sabes dónde estamos.

Nueva citación con el Urólogo, Dr. Berenguer, el día 27 de abril, me hace una exploración anal, me comenta que tenía algo de próstata (TR: Próstata volumen II/IV) y que me mandaría un nuevo tratamiento, Urolosin, durante 10 días y que después se intentará quitar la sonda y ver si es posible que rompiese a orinar sin ella.

Tras unos día de molestias, en el conducto de la orina, y a consecuencia de la sonda que la llevo puesta desde la operación hoy día 17 de mayo decido ir al ambulatorio a visitar a la doctora y hacerle un comentario sobre lo ocurrido.

Lo que más temía es que me volviera a sondar otra vez y así ocurrió; debido al escozor y dolor que tenía en el conducto me volvió a sondar y me dijo que siguiera con el mismo tratamiento, que no me prometía nada pero que dentro de un par de semanas intentaría quitarme la sonda.

Llegó el día 8 de junio y por fin me quitaron la sonda, enseguida empecé a orinar, eso si con mucho dolor y escozor.

Estoy a la espera de que el día 20 de junio me hagan una analítica y ver con claridad que cosa tengo alterada y como se puede corregir, ya que la Dra. Díaz Puente a sí me lo manifestó en su última entrevista.

Llevo unos días con grandes dolores de estómago, me siento con algo de fatiga, espasmos en la columna vertebral y tirantez en la cicatriz de la operación.

Todo esto se lo hago saber al médico de Tribaldos, Dr. Sanz Polo, el día 26 de junio; me recetó alguno de los medicamentos que estoy tomando y unas nuevas pastillas para el dolor de estómago, Confobos, que por cierto me han favorecido mucho.

En la vida hay momentos buenos y momentos no tan buenos, pero hay que estar preparados y si te llega una enfermedad nunca hay que culpar a nadie, ni siquiera a Dios.

Cuando Dios te hace un regalo tan grande como es la vida, nunca puedes estar en contra de Él.

En mi caso concreto nunca estuve enfermo y de la noche a la mañana me veo envuelto en algo impensable, como es el cáncer.

A pesar de todo, siempre estoy dando gracias a Dios por la recuperación tan rápida y positiva que estoy teniendo.

Cuando el mal hace acto de presencia en nuestro organismo ponemos los medios necesarios para frenarlo y más aun cuando te dicen que el mal es malo, te deja frenado sin saber que responder ni que dirección tomar.

Desde luego en esta vida hay que ser positivo, realista y llamar a las cosas por su nombre. Cuando oyes la palabra cáncer para la mayoría de la gente es sinónimo de muerte; una de las frases más dañinas en cuanto a las enfermedades se refieren. Pero lo que si tengo claro es que no es el final de la vida.

A lo largo de mi postoperatoriono me he cansado de oír las frases de aliento de muchas de las personas que me están visitado, que son muchas, y siempre las dicen con su mayor voluntad para darme ánimos, las más frecuentes son:

Lo que más deseaba es que me operasen lo antes posible y que me hiciesen una limpieza buena y profunda para que no quedase ninguna ramificación que de nuevo pueda reproducirse, si no se limpia bien sería volver a recodar la muerte de cerca.

No cabe duda que cuando estás enfermo y saben la clase de enfermedad que tienes todo son mimos, halagos, a todo te hacen caso, nadie te lleva la contraria, dejan todo por complacerte; entonces te das cuenta que hay algo que no encaja o no está de acuerdo con la realidad. Por muy enfermo que esté una persona no tiene porque tener siempre la razón o de atenderte de esa manera tan atenta y rápida. Creo que esta actitud es negativa y no aporta nada al enfermo, ya que uno se encuentra como un ser inútil y no le dejan que se realice como persona normal. Entonces las personas se adolecen de ti, te miran con lastima o cara de pena pensando que los días los tienes contados.

Muchas veces me pregunto si el Doctor que me operó habrá sido capaz de dejarme completamente limpio. No es que me coma el coco y siempre esté pensando en lo mismo, pero son preguntas que me gustaría que tuviesen respuesta.

Con fecha 12 de abril, en la conversación que mantengo con la Dr. Díaz Puente, cual es mi sorpresa cuando me dice que no me van a dar ninguna sesión de quimioterapia, te llevas grandes alegrías, pero estas alegrías no te llenan de satisfacción, sino que te dejan en la incógnita no se si para algo positivo o negativo.

Si te dan quimioterapia piensas que hay algo que no esta curado; si no te dan, la versión se ciñe al contrario, que no merece la pena y que pueden hacer mas daño que beneficio.

Sin embargo el tratamiento de los tumores pueden dañar también el resto de las glándulas y cuando esto sucede el paciente necesitará una terapia de sustitución hormonal durante toda su vida para compensar los daños causados.

Cuando la enfermedad se alarga piensas que esto no tiene final, se hace aburrido. Sin cesar las visitas a los médicos, los análisis, los medicamentos, pasan los días, las semanas, los meses y siempre la misma historia.

A veces pensamos que la enfermedad no nos va a tocar a nosotros nunca o que no vamos a envejecer; pero si, cuando menos lo esperamos hace acto de presencia y entonces es cuando valoramos la vida, padecer una enfermedad nunca es agradable, y si esta es cáncer ya te crees preso en ella todo el resto de la vida.

Las enfermedades en la mayoría de los casos hacen daño y a veces sufren las consecuencias las personas más cercanas a ti, en este caso mi mujer; en la cual debo destacar, entre otras muchas cosas, su aplomo, serenidad y valentía al recibir la noticia de mi enfermedad, para mí es:

Ella es de carácter abierto, positiva, sabe compartir, es firme en sus decisiones, nunca da nada por perdido; y en estos momentos que la enfermedad se ha cebado conmigo me dice:- hay que ser fuertes y estar más unidos que nunca para vencer el mal.

Cuando el Dr. Moreno Azcoita terminó la operación subió a la planta 2ª habitación 242, allí estaba Tere esperando noticias. Ella fue la primera en conocer el resultado de mi pronóstico. El doctor le dijo que todo había salido bien, pero que había que esperar que pasasen las primeras 24 horas y ver como evolucionaba, a mí me dejaron en la sala de recuperaciones, de esta manera estaba más vigilado.

Tengo que aceptar que como ser humano tiene sus defectos, pero también tengo que admitir que son mucho más sus virtudes. Es de esa clase de personas que están acostumbradas a hacer el bien, que el mal no sabe hacer, para mi posee tantas cualidades que si tuviese que elegir una no sabría con cual quedarme.

Tere ha sido el pilar que más carga ha soportado, los 33 días que he estado ingresado en el hospital, ella ha sido la que día y noche estaba pendiente de los medicamentos que tenía que tomar, de vigilar la máquina que me suministraba las proteínas y la máquina del dolor que me administraba las dosis de morfina; sin olvidar el aseo personal y el limpiarme cuando me ensuciaba, como si de un niño se tratara.

Ha sido Tere, principalmente, quien ha compartido todos los sinsabores de mi enfermedad, la he visto con los ojos “aguanosos” de haber estado llorando, pero ha sabido ocultarlo y llevarlo muy dentro de ella sin dármelo a conocer, lo que más me dolía, esas noches tan largas de hospital, era tenerla que despertar cuando se quedaba vencida por el cansancio para que me diese la medicina correspondiente.

Mirándolo bien el hospital es duro, a parte de las incomodidades que tiene: como dormir en un sillón o compartir habitación con otro enfermo, no hay ningún tipo de intimidad (estoy refiriéndome a mi caso en particular).

Últimamente ha dado a conocer a toda la familia su pensamiento y es que mientras dure el periodo de mi postoperatorio renuncia a todo por atenderme; dice que lo primero que hará es poner todo su empeño para que yo me recupere y en segundo plano quedan el resto de la familia.

Siguiendo el criterio que se ha propuesto, lo que si tengo claro y nunca lo pondré en duda es el verdadero amor y querer que me tiene.

Desde aquí quiero hacer público el agradecimiento que tengo a una infinidad de personas que en ningún momento me han hecho sentirme solo.

Es la primera vez que ingreso en un hospital y nunca pensé que podría haber tanta gente interesada por mí.

Algunas visitas me han impactado muchísimo, y pensando en ello me pregunto ¿cómo es posible que me merezca tanto?. Aunque solo haya sido la visita que me hayan hecho en el hospital o la llamada telefónica a mi domicilio, el comportamiento que ha tenido la gente conmigo ha sido algo fuera de serie; nunca tendré palabras para agradecer la postura tan apuesta y elegante.

Son tantas y tantas las personas a las que estoy agradecido que no me gustaría que se me olvidase ninguna, gracias a la familia, amigos, compañeros de trabajo, directivos de mi empresa, a todo el pueblo de Tribaldos y Saelices, siempre me han tenido y me tendrán a su disposición.

Tampoco olvido al personal sanitario, ni a los capellanes del hospital que en ningún momento me han faltado sus servicios o sus visitas pastorales respectivamente.

No tengo más remedio que mencionar a la persona de D. Manuel Muñoz, ya que en los momentos más delicados que hemos pasado, nos manifestó a la familia que estaba a nuestra disposición en todo cuanto nos hiciera falta.

Tras nueve meses de ausencia en la empresa donde presto mis servicios, el día 21 de noviembre me encuentro con fuerzas y ganas para devolverles la visita que tenía pendiente tanto a directivos como a compañeros. A pesar del tiempo transcurrido, he podido comprobar que sigue imperando la misma armonía, respeto y espíritu de trabajo; al igual pude comprobar que el afecto que me tienen y el apoyo que me brindan es unánime.

El tiempo que permanecí en el despacho del Sr. Muñoz, en presencia de Mari Tere (Secretaría de Dirección), fueron momentos llenos de alegría y satisfacción. Una vez más me ha vuelto a reiterar que su casa es mi casa y que en la misma tengo las puertas abiertas, deseándome una pronta recuperación para estar de nuevo con ellos.

En más de una ocasión se me saltaron alguna que otra lágrima, pero no fueron de dolor sino de gozo y alegría ya que uno tiene la debilidad de no saber contenerlas.

Más que sus palabras de aliento, el Sr. Muñoz, se caracteriza por saber conjugar su personalidad, respeto y saber estar como persona humana; yo podría afirmar que la cualidad más grande que posee es “estar a favor del débil” como así me lo ha demostrado una vez más.

Aunque he pasado momentos tristes y delicados, a veces te crees que estás solo y que nadie se acuerda de ti; pero mirándolo desde el lado positivo ves que los que son siempre están y jamás te dan la espalda.

Psíquicamente esto ha sido como un balón de oxígeno para que la recuperación haya sido más rápida y llevadera. ¡Gracias a todos!

 

 

ORGANOS EXTIRPADOS Y SUS FUNCIONES

 

EL APARATO DIGESTIVO:

 

Conviene que defina las características y funciones del Aparato Digestivo antes de hacer mención a los órganos extirpados.

El Aparato Digestivo es un conjunto de órganos que realizan el proceso de digestión de los alimentos. Aunque el proceso ya se inicia en la boca, por medio de la activación de la pepsina, que convierte en el bolo alimenticio las proteínas en peptonas, se consideran partes fundamentales de este sistema el esófago, el estómago y los intestinos.

 

El esófago es el conducto musculomembranoso que se extiende desde la faringe hasta el estómago, atravesando la cavidad torácica y el diafragma. En su recorrido torácico entra en contacto con la aorta cruzándose por su borde izquierdo. Tiene unos 25 cm de longitud y 2 ó 3 cm de luz, y termina en la boca del estómago, a nivel del cardias ( u orificio esofágico del estómago). Su función es conducir los alimentos desde la boca al estómago mediante movimientos peristálticos.

A través del cardias, el alimento llega al estómago, órgano hueco de estructura musculomembranosa que se continúa con el duodeno a través de otro orificio, el píloro. Con una capacidad aproximada de 1.200 ml, la parte superior del estómago, llamada fondo, es más ancha que la inferior y sirve para almacenar el alimento, que se dispone en capas relativamente concéntricas, en las más internas de las cuales se sitúan los alimentos recién ingeridos, lo que permite la presencia de la acción alcalina de la saliva.

Las paredes de la capa mucosa se hallan revestidas de numerosas y pequeñas glándulas que segregan el jugo gástrico. Esta secreción requiere un importante gasto energético y es regulada por vía nerviosa (estimulada por la vista, el olfato y el gusto de los alimentos), humoral y hormonal. El estómago puede sufrir diversas enfermedades, como gastritis, úlcera, tumores, hemorragias y otras.

A partir del estómago se hallan los intestinos. El intestino delgado es una estructura de forma tubular. Se trata de un órgano muy largo: en el individuo adulto llega a medir entre 6 y 7 metros de longitud y 3 cm de diámetro. Se inicia en el píloro, a la salida del estómago, y finaliza en la llamada válvula fleocecal, en el intestino grueso. El duodeno constituyen los primeros 20/25 cm del intestino delgado, desde el píloro hasta la flexura duodeno-yeyunal o ángulo de Treitz. Tiene forma curvada para poder albergar, en el interior de dicha curvatura, la cabeza del páncreas. En la porción vertical del duodeno, y en su cara interior, se observa la presencia de una pequeña formación llamada papila de Vater. En ella desembocan conjuntamente el colédoco y el conducto pancreático. El colédoco vierte en este punto la bilis formada por el hígado y el conducto pancreático, el jugo elaborado por el páncreas.

El intestino grueso, de 1,70 m y configurando un marco que encuadra al primero, está formado por el colon ascendente (cuya porción inicial es el ciego, donde acaba el íleon), el colon transverso y el colon descendente, que desemboca en el recto, situado en la parte posterior e izquierda de la pelvis y se extiende desde la<<ese>> elíaca del colon hasta el ano. Es cilíndrico, salvo en su parte más inferior, donde una dilatación forma una ampolla y termina en el esfínter anal.

El primer síntoma de mi enfermedad apareció en mi rostro y cuerpo con ese color amarillo-verdoso, esta manifestación es llamada ictericia.

La ictericia, es la coloración amarillo-verdoso provocada por el incremento de bilirrubina en sangre como consecuencia de la obstrucción de las vías biliares intra o extrahepáticas que provoca un remanso de la bilis, la cual se vierte en la sangre originándose una ictericia obstructiva o poshepática. Las ictericias más intensas son las obstructivas provocadas por el cáncer de páncreas.

Uno de mis órganos extirpados es la Vesícula Biliar, tiene forma de pera, mide unos 10/12 cm. de longitud y en su interior se almacena la bilis. Ésta es vertida a través del conducto cístico, cuando se producen ciertas contracciones durante la digestión. El colédoco es el conducto que se inicia al unirse los conductos hepáticos y el conducto cístico en la cara inferior del hígado.

Después, el colédoco (mide unos 7,5 cm de longitud y 0,5 cm. de diámetro) pasa por detrás de un asa del duodeno atravesando la cabeza del páncreas y desemboca en el duodeno, en la papila de Water, junto con el conducto pancreático.

La bilis es un líquido de color pardo verdoso que se elabora en el hígado, se almacena en la vesícula biliar y se libera al intestino para facilitar la digestión de las grasas. El hígado sano produce medio litro o más de bilis al día, una parte de esta bilis va al duodeno y el resto se almacena en la vesícula como “reservorio”de la bilis.

La bilis tiene una función digestiva; toma parte en la digestión de las grasas solubilizando los ácidos grasos y facilitando su absorción. El paso de la bilis a la sangre provoca la ictericia.

Otro órgano que tiene que ser extirpado, en parte, es el Páncreas, más concretamente la Cabeza del Páncreas.

Es una glándula alargada, se encuentra transversalmente, por delante de la columna vertebral en las proximidades de la I y II vértebralumbar tiene una longitud que oscila entre los 16 y 20 cm. Su color es blanco grisáceo en estado de reposo, pero durante la digestión asume una coloración rojiza, tiene forma de ovoide irregular.

Su porción derecha, que es más gruesa, recibe el nombre de cabeza; su extremo izquierdo, que es la parte más estrecha, se denomina cola; y la parte media, cuerpo.

Por el centro del páncreas discurre, en sentido longitudinal, un conducto , llamado pancreático o de Wirsung. Este conducto es el encargado de recoger las secreciones de la glándula y llevarlas hacia el duodeno, donde son vertidas para facilitar la digestión de los alimentos.

Desde el punto de vista microscópico, se pueden distinguir en el páncreas dos tipos importantes de estructuras:

Los islotes de Langerhans. Grupos de células que segregan hormonas (insulina, glucagón) y las vierten directamente en el torrente circulatorio.

Los acinis glandulares. Su secreción, formada por fermentos es vertida en el conducto pancreático. Estos fermentos son imprescindibles para la correcta digestión de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas.

En mi informe de Alta aparece como resultado de la biopsia realizada una necrosis grasa. Se entiende por necrosis la muerte de un grupo de células, tejido u órgano.

También aparece en mi informe de Alta: “se realiza una duodenopancreatectomíacefálica con reconstrucción en dos asas, un asa para anastomosis pancreática y otra para anastomosis gástrica y biliar”.

En cirugía se denomina anastamosis las vías anormales de comunicación, que se establecen por las operaciones entre el estómago y el intestino o entre dos zonas intestinales, al objeto de lograr el reposo funcional –del estómago y del intestino, excluyéndolos del paso del contenido alimenticio que deriva a través de la anastomosis.

Por ello me extirpan el Duodeno, que es la primera porción del intestino delgado; tiene forma de herradura; comienza en el extremo inferior del estómago a continuación del píloro (abertura entre el estómago y el duodeno, provisto de un esfínter muscular que controla el flujo de alimentos). El término proviene del latín duodeni (doce), porque esta porción del intestino mide 12 dedos de longitud (25-30 cm.). En su interior se inician los procesos de la digestión intestinal. En su concavidad está contenida la cabeza del páncreas.

Según informe de alta, se aprecia una Pancreatitis Focal en Cuerpo de Páncreas.

 

Las pancreatitis son los procesos inflamatorios que afectan al Páncreas: Por su evolución se dividen en: agudos y crónicos.

La Pancreatitis Aguda es la inflamación del Páncreas que se presenta de mayor o menor gravedad y que no suele dejar secuelas cuando los enfermos sobrevivimos.

La Pancreatitis Crónica se caracteriza por adelgazamiento, dolores en la parte alta del abdomen, etc. Las heces son típicamente blanquecinas y contienen fragmentos de alimentos no digeridos. Suelen ser procesos en los que los aspectos degenerativos prevalecen sobre los inflamatorios, manifestándose con un desarrollo progresivo de tejidos conectivos que terminan sustituyendo al tejido pancreático atrofiado.

Las causas que provocan estas formas crónicas pueden ser de naturaleza alérgica, nerviosa, tóxica o bacteriana. En este último caso las infecciones pueden provenir de focos que estén situados en otros órganos, tanto lejanos como vecinos al Páncreas. La transcurre durante mucho tiempo sin dar ningún signo, especialmente si se localiza en el cuerpo o en la cola de la glándula, que se manifiesta con una comprensión del colédoco o del duodeno, lo que puede producir un agravamiento de los trastornos dispécticos, con la aparición de una ictericia por obstrucción.

Cuando el Dr. Moreno Azcoita extirpó los órganos, los mandó al Patólogo para que éste los analizara al microscopio; al examinar el tejido de forma inmediata pudo determinar que clase de tumor era y las posibilidades de extenderse, si el tipo de tumor era o no agresivo.

El Patólogo enseguida vio que era un adenocarcinoma pancreático (tumor maligno en Cabeza de Páncreas). También recoge el informe, que se aprecia una tumoración en meso colón de la que se manda biopsia informada como necrosis grasa (muerte de células)

Su descripción: Tumor epitelial maligno que se implanta en el tejido glandular, remedando atípicamente su estructura; denominado también carcinoma, constituye el cáncer de las glándulas. Aparece en la edad madura o senil, y raramente se desarrolla antes de los treinta y cinco años; puede afectar a todos los órganos, pero tiene especial predilección por algunos: el estómago en el hombre y la mama en la mujer.

En relación con el mayor o menor desarrollo del tejido conectivo de sostén (estroma) dentro de la masa tumoral, tenemos el adenocarcinoma duro o escirroso, rico en estroma, y el adenocarcionoma blando o encefaloideo, pobre en estroma. Este último tipo es mucho más maligno y de curso más rápidamente mortal.

El tumor se desarrolla onfiltrando y destruyendo los tejidos sanos periféricos con lenta pero inexorable progresividad, estando dotado, pues, de un poder destructivo verdaderamente impresionante. Su localización o asentamiento a distancia (metástasis) tiene lugar únicamente por vía linfática, raramente por vía sanguínea. La masa tumoral es irregular, propinente, más o menos dura, fácilmente sangrante; cuando es prominente se úlcera en el centro. La hemorragia, las metástasis, los dolores a menudo fulgurantes, con decaimiento notable de las condiciones generales, son los síntomas generales, cualquiera que sea el lugar de implantación tumoral; existen también los síntomas que varían según la localización.

La terapéutica es quirúrgica: extirpación precoz y amplia de la masa tumoral y de buena parte del tejido normal circundante.

 

LA QUIMIOTERAPIA 

 

Cuando la quimioterapia hizo acto de presencia por primera vez en mi organismo, la verdad es que la recibí con recelo, con un poco de temor, pero no tenía más remedio que aceptarla, ya que en mi pensamiento estaba en que ella era la que para curarme primero tenía que matar.

La quimioterapia es una sustancia tan fuerte y potente que cuando penetra en las venas del organismo mata todo lo que se pone por delante. Lo mismo destruye las células buenas que las malas no hace distinción de ninguna clase.

La curación del cáncer no está en un abrir y cerrar de ojos, es una larga trayectoria, con muchos obstáculos que cuesta mucho sacrificio superarlos. Entre los obstáculos a salvar es la quimioterapia, sustancia fuerte y potente, me ha dejado débil, bajo en defensas; y en poco tiempo se había apoderado de mis glóbulos rojos y blancos; y a todo esto tenía que sumar la flojedad de cuerpo, náuseas, vómitos, picores y cansancio de cuerpo.

Cuando el Dr. Fernández Luengas me comunicó la noticia de mi enfermedad, me la hizo saber sin ninguna clase de tapujos ni rodeos; yo la recibí como una bomba, el primer pensamiento es que poco a poco la vida se estaba apagando; pero en décimas de segundos me hice el fuerte, sin perder la esperanza de que pronto saldría de este temido mal. Aunque no cabe duda alguna que cada enfermo nos refugiamos en un algo. Hay personas que las creencias religiosas las abandonan, no es mi caso, porque cada vez ven más oscura y penosa la recuperación y se revelan contra Dios, pierden las esperanzas depositadas en ÉL, sin querer que se les haga mención de que existe.

Muchas veces me he preguntado: ¿qué motivos he hecho, para que el Señor se fije en mí y de la noche a la mañana me vea involucrado en una enfermedad tan horrible como es el cáncer?.

Tal vez porque me necesita, o quizás sea porque me ha puesto a prueba, para ver que grado de confianza deposito en Él, siempre estaré a su disposición. Lo que si es cierto es que Dios me ha dado la vida y Él es el único que me la puede quita.

El Sol reseca el barro
El Sol derrite la cera

Pienso que el enfermo que padece este mal y está bien informado, tiene un porcentaje muy alto de recuperarse. Sin olvidar que es un enfermo crónico y que lo único que lo mantiene en pie es la fe depositada en el Señor.

En la trayectoria de mi enfermedad la quimioterapia es uno de los momentos más duros y difíciles que estoy pasando; pero ahí está la familia, que no se cansa de darme ánimos cuando más lo necesito.

Que orgulloso se encuentra uno con la familia, cuando ve signos de afecto y querer; incluso saben tolerar mis impertinencias en los momentos decaídos. En este caso lo único que he podido aportar, en mis momentos de convivencia, de ser un buen esposo y padre a la vez.

Día 4 de julio, nueva visita con la oncólogo, Dra. Díaz Puente, en la que le hago un relato de todo lo que me ha sucedido desde mi última entrevista con ella; en esta ocasión me reconoció una compañera suya, me hizo una exploración de la cicatriz, de la espalda, del pecho; eso si, en presencia de la Dra. Díaz Puente, la cual iba anotando todo cuanto observaba.

Al decirle que me fatigaba me dijo que me tenía que hacer una radiografía de tórax para quedarse más tranquila.

La Dra. me dijo: -bueno Julián, no quedándome tranquila con los resultados que había arrojado la analítica, tendré que consultar con el equipo para ver si te voy a mandar alguna sesión de quimioterapia-, me indicó que el marcador se estaba disparando y era necesario atajarlo.

Continuo diciendo: -todo esto no es seguro, tú tienes que estar tranquilo, sabes que tienes conocimiento de todo y no tienes porque alarmarte.

Cuando salimos de la consulta Tere me dijo: -¿cómo te encuentras?

-¡Como quieres que me encuentre!-, le respondí. Yo me encontraba muy deprimido, serio y decaído pues lo que se me avecinaba no era nada halagüeño ni positivo.

Tere quería quitar importancia diciéndome, -lo mismo no te dan ninguna sesión, la Dra. Díaz Puente ha dicho que consultará con el resto del equipo.

Yo me calle, y sin hacer ningún comentario nos dirigimos camino de casa hasta el día 6 de julio que tenía que volver al hospital para hacerme la radiografía de tórax; los días se hacían interminables de largos; así que con paciencia a esperar a que llegue el día y te den nuevas noticias.

El día 5 de julio me presento en el ambulatorio, recojo los partes de baja y le informo a la doctora. de cabecera de todo cuanto se me ha dicho y hecho.

Como ya estaba concertado de antemano, el día 11 de julio fue un día especial en el que se desvelaría algo muy importante para mi.

Estaba citado a las 9 de la mañana en la consulta de Oncología, la Dra. Díaz Puente me preguntó como me encontraba, y si había habido alguna novedad desde la última cita, le respondí que ninguna de particularidad, me dijo que referente a la radiografía de tórax no había nada nuevo y que todo estaba normal.

Prosiguió su conversación y me dijo: -Julián, tengo que informarte que te vamos a dar unas sesiones de quimioterapia, ¿tú que opinas?

Le respondí: -que quiere que opine doctora, ya le dije en mi visita anterior y se lo vuelvo a repetir hoy; estoy dispuesto a colaborar y cumplir todo cuanto se me diga; aunque en estos momentos estoy un poco deprimido y nervioso al oír sus palabras.

-En la última entrevista, te dije que no estaba segura si te íbamos a dar alguna sesión o no; una vez que hemos comprobado que el marcador C.A-19-9 se disparaba y subía a una velocidad vertiginosa, hemos decidido que de momento te vamos a dar tres sesiones y la cuarta descansar– me contestó la doctora.

A continuación me mandó pasar a una habitación contigua a su consulta donde una enfermera me midió y me pesó.

Yo estaba un poco nervioso, quería hacerle muchas preguntas, me apresuré en preguntarle –doctora, quisiera que me informara como funciona esto de la quimioterapia.

Mientras yo le hacía estas preguntas ella estaba rellenando los partes médicos, y me dijo: -no te preocupes que ahora te voy a dar una explicación de todo lo que quieres saber– Y empezó diciéndome: -lo que te vamos a dar es quimioterapia, la primera sesión se te va a aplicar ahora mismo; empezaremos dándotela floja, no se te va a caer el pelo ni nada por el estilo; quizás tengas ganas de devolver o te de fiebre; si a caso te da fiebre vente rápidamente a urgencias y comentas el caso.

La Dra. Díaz Puente me acompañó al hospital de día, que era donde me iban a dar las sesiones de quimioterapia; me dió la sensación de que había entrado en un salón de belleza de peluquería, ocupado por sillones alrededor de la sala, incluso con su televisor, donde los pacientes estamos embobados viendo una película de dibujos animados, mientras tanto la quimioterapia hace sus efectos dentro de nuestro organismo.

Enseguida me mandaron sentar en la antesala, a la espera de que quedase un sillón libre, al cabo de quince minutos me mandaron pasara unos de esos sillones y me dijeron que me relajase, que estaban esperando que mi medicamento llegase de farmacia.

Primero te ponen una vía en la vena donde te conectan una botella de suero, en ella te inyectan tres ampollas de Primperan (sirve para que no te den vómitos, al ser muy fuerte solo pueden administrarlo por vía intravenosa), seguida de la bolsa de quimioterapia.

En todo momento las enfermeras están pendiente de ti, incluso te dicen que si no te encuentras bien lo comuniques. La primera dosis que me administraron duró una hora y treinta minutos.

El día 18 de julio tras hacerme un análisis de sangre y comprobar que todo estaba correcto me sometí a la segunda sesión de quimioterapia. Ésta no fue tan buena como la primera, en esta ocasión me dio más reacción, tuve picores por todo el cuerpo, cansancio muscular y sueño.

El día 19 tengo visita en mi domicilio de la doctora de cabecera y la enfermera Maribel Bueno, en la que están, como he dicho en otras ocasiones, muy pendientes de mi enfermedad; las tengo informadas de todo lo que sucede, de lo que me hacen en el hospital o como recibo las sesiones de quimioterapia, etc.

En esta enfermedad hay que ser muy constante y jamás bajar la guardia, no puedes dar nada por perdido, uno de los factores que te llevan a seguir más de cerca la enfermedad son los resultados de los análisis, siempre tienes que estar pendiente de ellos, ya que en los mismos se refleja como está tu organismo.

Primero tengo que someterme a una analítica para comprobar como evoluciona la enfermedad y ver como están los resultados de los marcadores tumorales.

Tenía ganas de preguntarle al doctor como estaba el marcador tumoral, él me dijo que se notaban las tres sesiones que me habían dado y que me había bajado bastante pero que tenía que bajar mucho más; yo le pregunté que cuando estaba normal el marcador, a lo que me respondió que cuando esté en 30. Me indicó que tenía el marcador en 897 y que en cada sesión bajaba unos 100, ahora bien, cuando se te den más sesiones el marcador bajará mucho más lento.

Cada vez que voy a darme las sesiones, no es que les tenga miedo, lo que les tengo es respeto, ahora bien, como tengo información acerca del tumor estoy deseando que llegue la próxima sesión porque cada vez que me la dan sé a ciencia cierta que el marcador tumoral me baja y así poco a poco puedo lograr la cifra soñada y dejarlo en 30 como así me lo ha manifestado el Dr. Costas.

Cuando uno tiene ganas de curarse todos los sacrificios que haga son pocos; al principio de darme la quimioterapia no sabía las consecuencias que me iba a traer, pero conforme me han ido dando, sesión tras sesión, ha merecido la pena y todo ha sido positivo; la quimioterapia ha sido mi salvación, aunque soy consciente que por mucho que me queme y mate las células buenas estoy dispuesto a seguir recibiéndola y así conseguir lo antes posible una pronta y plena recuperación.

Jamás pensé que la quimioterapia me iba a dejar tan derrumbado de fuerzas. Aunque estoy en proceso de recuperación, no cabe la menor duda que estoy observando que día a día me está volviendo a sonreír la vida y parece ser que veo algo de luz en este callejón oscuro y sin salida en el que estaba metido. Tengo una fe ciega que me voy a curar.

En el periodo de tiempo que llevo de postoperatorio y conforme pasan los días me doy cuenta de que las cosas no son tan fáciles como a veces pensamos; cuando te ves con dos dedos de ventaja te crees que todo está curado, y que dentro de unos días te van a dar el alta y te vas a poner a trabajar; pero al día siguiente no piensas de la misma manera, todo lo contrario, con fiebre, sin fuerzas, con dolores; en fin que te ves atrapado por la enfermedad y vuelves a pensar que estas en ese callejón sin salida, y no ves más refugio que el de la familia.

Hay momentos que la moral la tienes alta y en otras ocasiones te pones a llorar como un niño y piensas en lo mismo, otra vez enzarzado con algo que no quieres recordar.

Mirando desde el punto de vista positivo y más concretamente hoy, día 25 de julio, me someto a una nueva analítica para comprobar en que estado se encuentra mi organismo, si es apto para recibir una nueva sesión de quimioterapia.

Estoy a la espera en el Área de Oncología, a que suban los resultados del laboratorio, el Dr. Costas me comunica que hoy día 25 no pueden darme la sesión de quimioterapia debido a que los análisis están bajos y los glóbulos rojos no cumplen las cifras establecidas. El doctor me comunica: -Julián, no quiero arriesgarme en darte la sesión de quimioterapia esta semana, puede ser peligroso ya que al no tener defensas en tu organismo puede dañar, y muy seriamente, la médula ósea y las infecciones se pueden producir, así que lo vamos a dejar para la próxima semana y según veamos los resultados de la analítica así te aplicaremos el medicamento.

No podía imaginar que la quimioterapia, con el aspecto tan inocente como parece a simple vista, fuese tan mortífera como en realidad es. Su presentación es de lo más sencilla, una bolsa de plástico transparente, que más que una sustancia química parece una bolsa de agua cristalina recién cogida del manantial, su contenido es de 200 cc. Con un etiquetado fluorescente en el que consta los siguientes datos:

HOSPITAL UNIVERSITARIO GETAFE

CITOSTATICOS

Paciente: JULIÁN CANTARERO SÁNCHEZ

Fecha de administración: 11/07/00

Servicio: ONCOLOGÍA / Policlínica

GEMCITABINA1.700M.G.

SALINO0,9 %250M.L.

Conservar : T. AMBIENTELUGAR FRESCO
Fecha de reconstitución11/07/00Estabilidad: 24

Nota: Los citostáticos son compuestos químicos capaces de bloquear la reproducción celular.(Quimioterapia).

Ya en la antesala de la consulta de Oncología conoces a gente de todas las edades que están con problemas y todos se derivan de la misma enfermedad. Lo reconoces por su calvicie o por el color pálido en su rostro a causa de las sesiones de quimioterapia.

La quimioterapia o te cura o te mata. Esta ha sido la sustancia viajera que el día 19 de diciembre de 2.000 dejó de recorrer las venas de mi cuerpo por última vez.

Mi organismo ha recibido 18 sesiones de quimioterapia. Con esta sobrecarga se sentía cansado, saturado y a la vez agotado, no admitía más sustancia química; pero presumiblemente hayan podido sanear de una vez por todas ese tumor maligno llamado Adenocarinoma Pancrático.

Estoy convencido de que me voy a curar y que esta enfermedad me va a servir para demostrarme a mi mismo que pasó por mí y supe vencerla a base de mucho tesón, sacrificio y fuerza de voluntad, (sin olvidar que soy un enfermo crónico).

La sensación de dolor es una advertencia de que algo anda mal en nuestro cuerpo; cuando el dolor es intenso y prolongado se hace insoportable y hay que recurrir a los analgésicos como es mi caso en estos momentos.

Hoy día 11 de octubre, me someto a mi 10ª sesión de quimioterapia. Me recibe en la consulta de Oncología la Dra. Ayuso, en la que le pongo de manifiesto que los dolores se me acentúan cada día mucho más; me retira las pastillas y las sustituye por DUROGESIC, (son unos parches que necesitan receta especial, hasta la fecha me van muy bien).

Haciéndome un reconocimiento somero sobre la cicatriz de la operación y auscultándome, pecho y espalda, hace una revisión ocular sobre mi historial médico y me comunica que los marcadores están por debajo de los 250, y que siga con el mismo tratamiento.

Con fecha 12 de diciembre y en la consulta de Oncología el Dr. Costas me pregunto: -¿qué tal te encuentras?-

Mi respuesta fue: -dentro de lo que cabe, bien; en cuanto a los dolores he mejorado mucho, pero algunas veces siento unos pinchazos justo donde había tenido los drenajes.

El Dr. Costas me respondió: -¿de cuánto son los parches que te estás poniendo?- Le dije que de 75 y me mandó aumentar la dosis (por lo cual ahora los llevo de 100) y unas pastillas de rescate de dolor, cada cuatro horas, llamadas Sevredol.

En la siguiente visita me preguntó: qué tal me sentía con el aumento de dosis; a lo que le respondí que muy bien, pero que yo era un obrero y no podía soportar un gasto tan elevado, ya que el importe de cinco parches asciende a la cantidad de 21.746 ptas.; el Dr. Costas muy sensato y reflexionando sobre la situación que le expuse hizo las diligencias oportunas, rellenando los partes y talonarios correspondientes mandó a Tere a la oficina de “Atención al Paciente” después a farmacia, (todo esto dentro del hospital) donde le abrieron una ficha a nombre de Julián Cantarero, para sacar la “droga”, eso si, siempre bajo control médico y receta especial expedida por el médico.

Por fin ha llegado ese día tan soñado, hoy día 19 de diciembre, el Dr. Costas me comunica la gran noticia, que se cierra un final de etapa como es la brava quimioterapia; este último ciclo ha sido algo insoportable, sobre todo muchos vómitos y malestar; me consolaba llorar, he llorado como un niño, me miraba al espejo y veía que algo tan horrible se me acercaba, pero también pensaba que el llorar no era solución y tenía que seguir hacia delante ¡pienso que ha merecido la pena!.

Hoy, día 2 de febrero de 2.001, tengo consulta con el Dr. Guerra, ya ha transcurrido un mes desde mi última sesión de quimioterapia, y según los datos que arroja la analítica son positivos y firmes, incluso la cicatriz está blanda y sin durezas; una vez más el doctor me volvió a recordar: -Julián, lo que buscamos lo estamos consiguiendo, pero no tienes que olvidar que eres un enfermo crónico, por ello la cosa será muy lenta.

Cada día que tengo consulta con los doctores de oncología, dialogamos sobre la enfermedad, las preguntas son constantes y las respuestas firmes y sinceras; el doctor me pregunta por los medicamentos que estoy tomando, si hay rechazo en las comidas, si me fatigo, si tengo fiebre, por los parches y un largo etcétera de cosas que la enfermedad conlleva.

Todo en esta vida tiene un principio y un final y me explico, me han operado de un tumor, ya mencionado, y en el transcurso de mi postoperatorio de recibido las sesiones de quimioterapia descritas y me hago la siguiente pregunta: ¿Y ahora qué vendrá? Un nuevo tratamiento, un tómese estas pastillas y al cabo de 15 ó 20 días se pasa por consulta y veremos cómo están los análisis. Que conste que no lo hago en plan despreciativo, ni arrojo la toalla y procuro cumplir con todo cuanto se me dice, al pie de la letra.

Al querer hacer una valoración sobre mi enfermedad comparativamente con otros enfermos de las mismas características que las mías, se lo he preguntado al doctor y su respuesta ha sido: -mira Julián, hay enfermos que suelen vivir dos o tres años, pero esto no quiere decir que yo esté midiéndote la vida.

Hace unos días entable conversación con Mari, una vecina, que a su vez padece la misma enfermedad que la mía. Ambos nos preguntamos cómo llevamos la enfermedad; ella me dice que tiene muchos dolores, que no la han podido operar, que la están preparando para ello, dormía muy mal, que tenía que cuidar a su madre de 80 años, que tenía que hacer las cosas de la casa, etc., etc.; incluso, con el agravante, que tanto ella como su marido habían perdido la confianza en Dios, y a la vez se hacían la siguiente pregunta: ¿Pero Señor, qué hemos hecho nosotros para que nos castigues de esta manera tan absurda y cruel?

Yo le dije que era un error que perdiese la confianza en Dios, el Señor nos manda estas pruebas para ver que grado de confianza depositamos en El.

Yo soy consciente de lo que tengo, y con fe y resignación lo tengo que llevar; muchas veces me torturo y mi mente no deja de trabajar pensando: ¿Qué será de mi hijo Víctor? ¿Y si le pasase algo a Tere?.

La mayoría de los días me llama mi madre por teléfono, para preguntar por mi estado de salud; me suele decir: -Julián ¿qué tal estás?- Le respondo que bien y ella continúa: -espero que no me engañes y me digas la verdad- En honor a la verdad debo decir que no siempre estoy bien, hay días que tengo dolores, y sin embargo le digo que estoy bien. Lo hago para que no se torture y a su vez para tranquilizarla, ya que ella está sola en el pueblo y no quiero que sufra. Soy consciente de que le miento pero como las mentiras son piadosas y no están hechas con maldad, sabrá perdonarme.

La familia te da ánimos, los que están cerca porque el problema lo ven día a día; los que están a distancia también lo sufren y añoran el no poder estar juntos, no por ello te olvidan, todo lo contrario.

Cuando me despido de mi madre por teléfono me suele decir: -¡Dios quiera que te cures y te pongas bueno pronto! Rezo mucho por ti. Hubiese preferido caer mala yo antes que tú.

Le contesto: -cuando Dios me lo ha dado a mí, por algo será. Tú tranquila, sigue rezando y no dejes de hacerlo. ¡Te quiero!

Haciendo memoria y repasando alguna que otra anécdota, me viene a la mente lo que mi madre me dijo antes de conocer yo mi enfermedad: -Julián, por edad es lógico que me muera yo antes que tú; si acaso así ocurriese en esta caja está la ropa con la que quiero que me amortajen- Yo le dije: -no pienses en esas cosas que estás muy bien para hablar de semejante tristeza.

Ahora las cosas han cambiado y soy yo quien le digo a mi madre: -si acaso me ocurre algo hazle caso a Tere de todo lo que te diga, cosa que no pongo en dudas que así lo harás desde el primer momento. Yo tampoco pondré en dudas de que te cuidará como si de mí se tratase, te cuidará como buena hija tuya que es, y te guardará el mismo respeto como hasta la fecha lo ha hecho.

Cuando estas enfermo y no te encuentras bien, como me está pasando a mí, cualquier compañía que tengas es buena. Quién iba a decirme que mi madre política, con 86 años de edad, fuese a desempeñar un papel tan importante para mí, como el compartir conversaciones, estar pendiente de todo cuanto necesito y sea yo el primero en ser atendido, en todos los conceptos. Vela mucho por mí, ya que ella, a pesar de su edad, es consciente de los momentos tan bajos que estoy pasando.

A pesar de todo, pienso mucho en Tere, lo que está pasando conmigo día a día y si todo terminase con mi enfermedad,... Es una persona que estando en libertad no deja de estar encadenada; conociéndola pienso que será presa de una serie de obligaciones: su madre de 86 años, mi madre de 82. Lo positivo de todo es que siempre lo hace con el mismo cariño y amor con que le caracteriza por su forma de ser.

Esta enfermedad la tengo comparada con el corredor de la muerte, en Estados Unidos, estás tan tranquilo en tu celda y de la noche a la mañana te llaman para comunicarte que te ha llegado la hora.

Lo mismo que el cáncer, te han operado de un tumor maligno, te han dado las sesiones oportunas de quimioterapia y poco a poco vas descubriendo que te sientes con dolores, vómitos y rechazos de los medicamentos ya que no obedecen; y el maldito cáncer se va extendiendo y sus ramificaciones se disparan sin control hasta darte el abrazo de la muerte.

En estos días, la tan llevada y traída noticia, que los telediarios te bombardean diciendo que dentro de cuatro o cinco meses estará en Pamplona la vacuna contra el cáncer de páncreas, hacen renacer la ilusión. ¡Dios aprieta pero no ahoga!, la fe y la esperanza te mantienen firme y con ganas de vivir. Dios no me abandonará, ¡estoy seguro!.

Como es posible que una enfermedad de este calibre te robe la sonrisa y se vea empañada por un montón de lágrimas, y que a la vez te veas acorralado por la situación tan injusta e incómoda que estoy pasando; con el agravante que soy consciente de todo lo que pasa a mi alrededor. En estos momentos le pido a Dios, con todas mis fuerzas, que no pierda la confianza que tengo depositada en El, ya que estoy pasando una fuerte depresión y que mi verdadero refugio es mi familia en la que deposito toda mi confianza para poder salir de este atolladero en el que estoy metido.

Conforme van pasando los días, me doy cuenta que mi vida se va apagando, siendo consciente que dejo una mujer, un hijo; en fin una familia que nos queremos, nos respetamos en lo bueno y en lo malo, en las alegrías y en las enfermedades hasta que Dios nos separe.

 

 

EPÍLOGO

 

Digo lo que siento y con frialdad escucho que estoy atrapado por uno de los males que más detesta la sociedad, el cáncer, pero a lo largo de mi enfermedad he podido comprobar que este temido mal también tiene curación aquí en España, sin tener que traspasar nuestras fronteras; no es necesario ir a Houston, Texas o Carolina del Norte.

Es ciertos que los privilegios están al alcance de unos pocos, pero no todo hay que basarlo en lo material, hay cosas en la vida que por el echo de ser humilde no puedes elegirlas, sino que te las dan elegidas.

La Fe es una virtud que está al alcance de todos y no puedes perderla ni abandonarla ya que te da fuerzas para seguir adelante y es un factor generalizado que impulsa el ánimo para una pronta recuperación.

Tengo la virtud de presumir de persona sencilla, no me gusta el protagonismo ya que mi mayor satisfacción es hacer el bien sin mirar a que clase social pertenece.

No cabe duda que para la familia ha sido un golpe muy fuerte, que no lo esperaban, y que a su vez tiene que estar preparada para saber encajarlo.

Espero que este libro te haya servido para analizar de cerca como con sacrificio y esfuerzo el cáncer puede ser vencido, y al final tiene la recompensa de la vida. Por ello siempre debe de estar en la mente la frase: ¡Quiero vivir más!

Termina el año y con él el siglo XX para poder hacer balance, y a su vez una reflexión recíproca de lo que para mí ha aportado el año 2.000.

¿Qué cosas positivas me ha dejado dicho año?

Son muchas las respuestas que encierra y tienen cabida en esta pregunta, tales como:

Cuando el bien se manifiesta, bien venido sea, no importa quien lo reciba; cuando una persona oye de boca de su médico que está curada tiene que ser un torrente desbordante de alegría. Recuerdo cuando el Dr. Costas dijo a una de sus pacientes: - ya no te daré más sesiones de quimioterapia, una vez que he comprobado que estás curada y los marcadores no están alterados. Yo que lo estaba oyendo, sentí como la alegría se reflejaba en el rostro de la paciente al transmitirle la nueva buena. Me vino a la mente el pasaje de Jesús: “vete tu fe te ha salvado”.

¿Cómo es posible que en una enfermedad se puedan descubrir tantos valores ocultos que ella encierra? De los que más me han llamado la atención han sido: los valores humanos.

Pensándolo detenidamente he llegado a la conclusión de que las personas que estamos enfermas, que nos han operado o estamos en proceso de postoperatorio, tenemos más ventajas para estar preparadas espiritualmente que las demás; disponemos de tiempo para pensar, meditar o reflexionar a cerca de Dios; nos damos más cuenta de preparar un final más profundo y verdadero, no piensas en motivaciones materialistas, ni egoístas; estás más centrado en hacer un examen de conciencia más real, tienes más lucidez y te preguntas: ¿de qué te sirve ganar el mundo, si al final no estás preparado y pierdes el alma?.

Claro que cuando estamos bien, sin enfermedades, no te acuerdas de nada; piensas que no vas a envejecer, sólo se piensa en lo material, en el egoísmo de tener cada día más, incluso no tienes tiempo para dedicar unos minutos a la oración, y estar preparado ante el Señor por si te ocurre cualquier desgracia y se acerca el final. Pienso que es como todo ¿de qué te sirve la confesión, si no hay arrepentimiento?

Todos los días doy gracias a Dios, por lo bien que me están saliendo las cosas, parece ser que voy viendo la luz a lo largo del túnel.

Haciendo un análisis sobre mi enfermedad, lo que más me preocupa es que Tere caiga enferma cuando me dice que le duele la cabeza o cualquier otra cosa. Yo le digo: -no me asustes, no me lo digas ni en broma.

Claro que son cosas que pueden suceder, y entonces, ... ¿qué hacer?, ¿a dónde ir?, ¿a qué puerta llamar? Y ahora más que nunca es cuando le pido al Señor: “escúchame, no me abandones, que es cuando más te necesito”

Tere es mi verdadero punto de apoyo, por eso le pido al Señor que no le pase nada; de lo contrario sería un zarpazo desgarrador, que no se que rumbo tomaría. No es que piense en plan catastrófico y derrotista, es que puede ocurrir. Yo se que como persona ella tiene sus defectos, pero son más sus virtudes. Posee su formación religiosa, con sus debilidades, pero cuando llega el momento de su arrepentimiento también sabe hacerlo.

Muchas veces reflexiono en todo lo que ha pasado conmigo, que ha sido mucho, y pienso si habrá terminado todo o le quedará todavía que sufrir más; eso Dios lo sabe. En su escrito de introducción lo narra diciendo: << ¿cómo estaré yo cuando termine todo esto?>>

Ilusión no me falta para reponerme del fuerte mazazo que ha supuesto, sobre todo a la familia por el daño psicológico que nos ha creado.

No quiero volver la vista atrás y fijarme en cosas negativas, ya que mi fuerza y tesón está basada en una pronta recuperación y esto se consigue a base de luchar, luchar y luchar contra la horrible enfermedad del cáncer.

Esta ha sido la primera vez que utilizo los servicios de la Seguridad Social y tanto en la estancia, en mi operación, en mis visitas del postoperatorio como en el transcurso de la quimioterapia me han dejado un buen sabor de boca. Pensaba que la Seguridad Social solo era un servicio para la gente humilde o para la que no teníamos otros recursos, pero he podido comprobar a lo largo de mi enfermedad que estaba equivocado, hoy en día es el medio más acertado y más viable que tiene una persona para ser atendida adecuadamente.

Ahora si que he comprobado que lo que no tenga la Seguridad Social no lo tiene ningún Centro Médico Sanitario, por muy sofisticado que éste sea. Es cierto que cuando estamos enfermos y llega el momento de la intervención quirúrgica nos hacemos muchas preguntas, pero todas quedan resumidas en decir: ¡Que sea lo que Dios quiera!

En líneas generales, mi primera experiencia ha sido positiva ya que he caído en buenas manos, como son las del Dr. Mariano Moreno Azcoita; quién iba a decir que fuese yo el beneficiario de recibir sus servicios, ya que he sido atendido por uno de los doctores más prestigiosos de España como así lo acreditan sus intervenciones a lo largo de su vida profesional. Estoy muy agradecido al haber sido intervenido tan acertadamente y por ello siempre estará en mi mente y toda mi confianza estará depositada en él.

Últimamente se han celebrado en Madrid del 6 al 10 de noviembre del 2.000 el XXIII Congreso Nacional de Cirugía, donde el profesor D. Mariano Moreno Azcoita ha sido el presidente del comité organizador de la Asociación Española de Cirujanos, tal como se recoge en la nota de prensa del DIARIO MÉDICO

 

(resumen de la nota de prensa)

Lunes, 6 de noviembre de 2000 DIARIOM MÉDICO

 

XXIII CONGRESO NACIONAL DE CIRUGÍA

Los cirujanos meten el bisturí en gestión, bioética y genética.

 

Dr. Mariano Moreno

MARIA POVEDA

El principal objetivo del XXIII Congreso Nacional de Cirugía que se celebra en Madrid es la puesta al día, tanto en aspectos técnicos como científicos.

Mariano Moreno Azcoita, presidente del comité organizador ha resaltado la introducción en esta edición de una serie de temas novedosos, como la gestión de un servicio de cirugía, diversos aspectos bioéticos y la genética del cáncer para cirujanos.

Moreno Azcoita indica que durante el congreso también se hablará del desarrollo de nuevas tecnologías, “fundamentalmente en lo que se refiere a la cirugía endoscópica y telecirugía”.

En el congreso se hablará del ganglio centinela, un marcador con isótopo radioactivo. “inyectando esta sustancia –ha explicado Moreno- en los tumores de mama o en el melanoma, queda marcada en el ganglio que puede estar afectado por el tumor, de forma que se identifica más fácilmente.

 

DÍAS CRÍTICOS

DÍA:

 

 

 

9 de junio

Postoperatorio

Me quitan la sonda

19 de junio

Orina turbia y sangre

23 de junio

Expulso piedra y orino sangre

26 de junio

Fuertes dolores de estómago

4 de julio

Me comunican que tengo que darme quimio

11 de julio

Quimioterapia

1º Ciclo

1ª sesión. Mareos, sueños y ganas de devolver.

18 de julio

2ª sesión. Cansancio, sueño y picores

25 de julio

Bajo en defensas no me dan quimio.

1 de agosto

3ª sesión. Sueño y cansancio

17 de agosto

2ºCiclo

4ª sesión

24 de agosto

5ª sesión

31 de agosto

6ª sesión

14 de septiemb.

3º Ciclo

7ª sesión

20 de septiemb.

Visita Cirujano, todo bien

21 de septiemb.

8ª sesión

28 de septiemb.

9ª sesión

11 de octubre

4º ciclo

10ª sesión

12 de octubre

Vómitos, sueño y cansancio

18 de octubre

11ª sesión

25 de octubre

12ª sesión

9 de noviembre

5ºCiclo

13ª sesión

16 de noviemb.

14ª sesión

23 de noviemb.

15ª sesión

5 de diciemb.

6ºCiclo

16ª sesión

12 de diciemb.

17ª sesión

19 de diciemb.

18ª sesión

MEDICAMENTOS TOMADOS A LO LARGO DE MI ENFERMEDAD

 

 

 

La narrativa de este libro estará más o menos acertada en el enfoque de su contenido; pero las ideas son tan sinceras, limpias y transparentes que te puedes mirar en ellas, cada vez que quieras analizarlas.

 

Julián Cantarero Sánchez

Nací el 19 de febrero de 1.948 en Saelices (Cuenca).

Entusiasta del dibujo inicié unos cursos de delineación promovidos por el P.P.O. (Promoción Profesional Obrera), en el Centro “Ciudad de los Muchachos” en la calle Manco de Lepanto nº 2 de Madrid.

En Marzo de 1.969 paso a la empresa de construcción JUBAN S.A., en Mirasierra (Madrid) durante un periodo de tres años con categoría de Delineante de 2ª.

 

Con fecha junio de 1.972 presto mis servicios en la empresa José Mª. Asensi Velasco (Estudio de Arquitectura) y en la actualidad sigo en la misma, con la categoría de Delineante Proyectista.

 

En el año 1.992 me traslado al Gabinete Técnico de la empresa, de construcción, Nesgar Promociones S.A..

En julio de 1.995 inicio un curso de Diseño de Dibujo Asistido por Ordenador “AUTOCAD”, en la Fundación del Colegio de Arquitectos de Madrid, el cual me sirve para ampliar mis conocimientos y perfeccionarlos en cuanto al desarrollo y calidad de mi trabajo.

 

 

 

Este libro se ha confeccionado gracias al esfuerzo, coraje y ahínco que ha depositado Ángel Mansilla Sáez; que con la clase y el talante que lo caracterizan como persona, ha sabido canalizarlo, dándole el camino necesario al saber conjugar los gráficos con sus correspondientes textos literarios.

Ha sido gratificante desvelar los valores que posee, ya que sus trabajos despiertan inquietud y se destacan por lo pulcro y la exquisitez con que los presenta.

¡Gracias, Ángel!

 

Deje de escribir este libro en el mes de abril de 2.001

 


Como Julián está empeñado en terminar su libro me pide que sea yo quien continúe, ya que a él las fuerzas le fallan…

Hoy día 18 de mayo vamos a consulta de oncología nos recibe el doctor Costas el cual revisa a Julián y le dice que vuelva el día 9 de junio. El doctor me mira, le miro como siempre y con nuestras miradas nos sobran las palabras.

Llegamos a casa a las 12:00 y a las 16:00 empieza con vómitos en cantidad, yo me pongo nerviosa y llamo al Hospital para ver si allí aún quedaba algún Oncólogo me indican que no localiza a ninguno y que tendría que llevarlo a Urgencias cosa que le comunico a Julián y me responde. –Tere lo que esperaba está aquí, llévame a Tribaldos quiero morir allí.

Así lo hice y al llegar a Tribaldos pidió llamar a D. Isidro (médico de cabecera de Tribaldos) y a D. Ángel (cura párroco) cosa que realicé y desde aquí agradezco lo rápido que vinieron para estar junto a él.

A partir de ese día y hasta finales de mayo los vómitos eran continuos y él sabía que su vida se apagaba poco a poco. Con todo su conocimiento tenía palabras para despedirse de todos nosotros y de tantas y tantas personas como venían a verlo.

Le pidió a D. Isidro que, por favor, le sedaran y así lo hizo se puso en contacto con Paliativos de Cuenca (un gran equipo) quienes le sedaron, cosa que él agradeció muchísimo y fue un gran apoyo y tranquilidad para su final. A mí me trasmitían fuerza y mucha paz en el momento de tenerlas cerca; gracias a Lola Martínez y Teresa las personas que en pocos minutos de estar junto a mí su cariño era masivo. Yo les expliqué el proceso de Julián y él hablaba con ellas a pesar de su poca fuerza.

Día a día me decía: -Tere lo mío va a ser cosa de dos días, poco a poco y una muerte lenta.

Y así fue el 15 de junio falleció. Creo que murió lleno de paz e igual que me dejo a mí porque siempre estuve a su lado, viví solo para él y con él.

Quisiera decir a todo el que lea el libro:que todo es real y está escrito con todo su amor. Y ojalá sirva de apoyo y paz, porque todo en la vida tiene un final.

La vida lo tiene todo
bueno, malo y regular
pero a veces lo bueno
hay que saberlo buscar.

Lo malo llega muy pronto
que otros han sabido dejar
Pero sin vida, mi amiga,
¿quién esto puede contar?

TERESA FÉRNANDEZ


 

AUTOR:
Julián Cantarero Sánchez

FOTOGRAFÍA:
Juan García Martínez

DISEÑO Y MAQUETACIÓN:
Ángel Mansilla Sáez

SCANEADO DE FOTOGRAFÍA:
Ángel Mansilla Sáez

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
Nuevo Diccionario Médico – Planeta Agostini -
Rueda y Folio Editores S. A – R.F. –

 

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