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El emperador, ocupado en combatir a los persas, descargó sobre Materno la ejecución de la política religiosa, dedicándose éste en su cargo a ejecutar leyes antiheréticas y antipaganas, destruyendo templos (entre ellos los de Edesa y Apamea), así como un buen número de santuarios y capillas por Egipto, entre 386 y 387 d.C. En estos episodios participaron conjuntamente funcionarios imperiales, obispos y monjes entusiastas.

LA MUERTE
Al año siguiente, Materno murió en un momento inconveniente para Teodosio, quien estaba combatiendo a Máximo, en la parte occidental del Imperio. La noticia de su muerte fue relevante. Por una parte, el trato que recibió entonces confirmó la confianza que Teodosio había puesto en él. Acantia pensó trasladar el cadáver a España, pero la revuelta de Máximo lo desaconsejó, por lo que se depositó el cuerpo en el panteón real de Constantinopla, Inscripción musiva encontrada en el cubículo de Materno "Del taller de Mas...no. Lo pintó Hirinio. Que uses este cubículo con prosperidad, Materno"confirmando así que Materno pertenecía a la familia del emperador.

Más interesante, por otro lado, fue lo sucedido al año siguiente, despejado el problema de la revuelta: su viuda le organizó un cortejo fúnebre a pie, nada menos que desde Constantinopla. Aunque aquí la fuente es escueta (...post annum tanstulit eum matrona Acanthia ad Hispania pedestre), podemos en parte suplirla con imaginación. El cortejo con los soldados de escolta, obispos, monjes y beatas, las plañideras, las embajadas de acogida en las ciudades, los altos de iglesia en iglesia, los velorios, las antorchas, los salmos, los cantos fúnebres, los panegíricos loando al finado, y las exequias finales antes de depositar el cadáver en su basílica de Carranque, ya con honores de santo, el culto posterior a su ánima.
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(adaptado de Fernández-Galiano, D. - La Revista de "El Mundo")
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