Si Castilla-La Mancha es tierra de paso, de caminos, las tierras de Albacete lo son por excelencia; por sus campos pasan y se cruzan todos los caminos posibles. Todas sus tierras serán una encrucijada de caminos entre el levante, el centro y el sur. El marqués de Molíns en el prólogo del libro "Hijos ilustres de Albacete" dirá: " encrucijada de las veredas de arriería y de los caminos de cosarios y carreteros, hoy se ha tornado en bifurcación importante de las vías férreas ".
Todos estos caminos han sido andados, cruzados y recorridos por todo tipo de gentes, de viajeros anónimos, pobres y ricos, nobles y plebeyos, civiles y militares, nativos y foráneos; en estas páginas encontraremos lo relatado por estos últimos. Ellos nos dirán cómo eran estas tierras, cómo eran estas ciudades y villas, cómo eran sus gentes, y sabremos como nos contemplaban quienes desde lejanas tierras tuvieron la ocasión de compartir un rato de charla y de su tiempo con nuestros antepasados, aunque algunos, al ser para ellos estas tierras exclusivamente un lugar de paso, realizan un relato realmente corto, pero no por ello deja de ser interesante; ellos nos contarán su vida y a veces trozos de nuestra historia como quizá nunca un nativo lo hubiera contado, ellos quizás nos proporcionen con su mirada un conocimiento, otras perspectivas de nuestra realidad pasada y, en muchos casos, una fuente de información y documentación para la mejor compresión de nuestra historia.