A finales del siglo XI con la rápida conquista de los reinos de taifas por los almorávides la fortaleza de Uclés se convirtió en el núcleo más importante de la región y en el centro defensivo de Castilla al sur del Tajo. Uclés había pasado de unas manos a otras; en el 1085 con la conquista de Toledo por Alfonso VI pasó a poder de los cristianos; tras la batalla de Zalaca (1086) el rey de Sevilla Aben-Abeb en el año 1087 la conquistó, pero éste ante la llegada de los almorávides pidió auxilio a Alfonso VI y Uclés, junto a otras poblaciones conquenses, formará parte de la dote por el matrimonio de Alfonso VI con Zaida, hija de Aben-Abeb, en el año 1091.
En Castilla reinaba el anciano Alfonso VI que con anterioridad a la llegada de los almorávides había engrandecido sus territorios a consta de los reinos de taifas combinando la presión militar y el cobro de parias , pero que nunca pudo vencer a Tamin ben Yusuf que había conquistado Consuegra en el 1097 pasando así a manos de los almorávides.
La batalla de Uclés que se inició el 27 de mayo de 1108 se inscribe en la época del Emir almorávide Ali Yusuf (1106-1143), que se disponía a emular las conquistas de su padre Yusuf ben Tašufin (1090-1106) y recobrar los territorios musulmanes que habían caído en poder de los cristianos. Con las sucesivas llegadas de Yusuf procedente de norte de África, y durante la primera mitad del reinado de Ali, se instaura en la península el dominio almorávide y se frenan los avances de la Reconquista.
La victoria almorávide en Uclés (1108) causaría un gran efecto sobre los cristianos ya que ponía en peligro su sistema defensivo al sur del Tajo y a Toledo, conquistada por Alfonso VI en el 1085, aunque Ali Yusuf no pudo reconquistarla en el año 1109. No obstante, las consecuencias de la batalla de Uclés fueron inmediatas al pasar los castillos de Huete, Ocaña y Cuenca a manos almorávides. Con razón J. Bosch Vilá interpreta que la “tierra de la mora Zaida” -en clara referencia a los territorios conquenses- pasó de este modo a poder de los almorávides. “Tras la batalla de Uclés transcurre un período de cincuenta años sin que encontremos mención ninguna de esta ciudad ni en las fuentes árabes ni en las cristianas.”
A continuación se incluyen los cuatro textos árabes sobre la batalla de Uclés que han servido a arabistas e historiadores, casi nunca utilizados de forma conjunta, para completar los escritos cristianos de dicho acontecimiento: la carta de Tamin que escribió a su hermano y Emir de los musulmanes Ali Yusuf, la crónica conocida como Nazm al-Yuman de la época de los almohades , el al-Bayan al-Mugrib de finales del siglo XIII y principios del XIV, y el Rawd al-Qirtas redactado en el primer tercio del siglo XIV
Tamin ben Yusuf era hijo de Yusuf ben Tašufin y hermano de Ali Yusuf quien lo había nombrado gobernador de Granada. La carta que recogemos escrita en prosa rimada por Ibn Šaraf, visir y secretario de Tamin a pesar de sus frases huecas, recargada retórica y magnificación de la actuación de los almorávides, se muestra como un documento de inestimable valor histórico en su conjunto al mostrarnos la preparación de la expedición de Tamin y su participación en la batalla, la presentación de Uclés como ciudad muy fortificada y capital de la región, la composición de las tropas cristianas (de Sancho, hijo de Alfonso VI, con Alvar Háñez , Conde de Cabra, García Ordóñez, los alcaídes de Catalañazor y Alcalá de Henares y los capitanes toledanos) y musulmanas (de Granada mandadas por el mismo Tamin, de Córdoba mandadas por Ibn Ibi Ranq y las de los gobernadores de Valencia dirigidas por Muhammad ben ?A’iša y de Murcia por Ibn Fatima). Al mismo tiempo nos permite conocer la importancia para los almorávides de la guerra santa, del fervor al Emir de los musulmanes y del botín de guerra.
Al magrebí Abu Muhammad Ibn al-Qattan, historiador de la corte califal entusiasmado por el credo almohade, se le atribuye la crónica Nazm al-Yuman..., una compilación de importante valor histórico, aunque fragmentaria, que recoge la última época de los almorávides y los principios de los almohades, dedicada a su protector el Califa almohade al-Murtada (1248-1266), y por tanto, escrita algo más de un siglo después de la batalla de Uclés.
Muy breves son las líneas dedicadas por el historiador del Magreb (s.s. XIII y XIV) Ibn ‘Idari a la batalla de Uclés en su obra al-Bayan al-Mugrib, importante compendio sobre todo el occidente islámico, donde se recogen fragmentos de la época almorávide.
El Rawd al-Qirtas se conoce hoy en día como un pequeño compendio de una gran obra de Ibn Abi Zar’ escrita para satisfacer los deseos del sultán benimerín Abu Sa’id ‘Utman ben Yusuf ben ‘Abd al-Haqq, cuya narración termina en 1326 . Este compendio es una historia continua de al-Magrib desde la entronización de los Idrisíes y la fundación de la ciudad de Fez hasta el primer tercio del siglo XIV; ha sido una de las primeras fuentes árabes más conocida, consultada y utilizada por los arabistas, pero el ilustre arabista Dozy rechaza en más de una ocasión algunas de las afirmaciones realizadas por el Rawd al-Qirtas; y los estudios realizados por A. Huici le han llevado a decir que “contiene muchos datos ciertos pero ninguno se puede utilizar sin contrastar”, por tanto “su valor científico está lejos de igualarse a su popularidad”, a pesar de que en Marruecos el Rawd al-Qirtas es considerada la crónica medieval más conocida y popular de la época de los almorávides y almohades.