La Accesibilidad Integral se convirtió desde 1994, año en que se aprobó la Ley de Accesibilidad de Castilla-La Mancha, en un reto. Un objetivo irrenunciable por el que debemos trabajar y a través del cual conseguir una sociedad sin barreras; una sociedad que no excluya a través del diseño; que integre, que tenga en cuenta las necesidades de cada persona.
El Manual de Accesibilidad que tiene en sus manos es un documento pionero en España, cuya primera edición se publicó en 1999, y que contiene una filosofía de proyecto, una actitud ante la vida que es ponernos en la situación de cada cual y pensar en cuáles pueden ser nuestras necesidades, en cómo hemos de proyectar esa plaza, ese parque, ese edificio, ese sistema de transporte para que cualquiera de nosotros pueda utilizarlo, pueda disfrutarlo con comodidad, autonomía personal y seguridad.
Porque todo eso es la Accesibilidad Integral: es buen diseño, diseño sensible a las necesidades de cada persona, diseño que ofrece seguridad, comodidad, innovación, calidad. Nuestra obligación, empezando por los poderes públicos, es proyectar para todas las personas, sin excepción, y ese es el reto y la obligación, ese es el objetivo.
Existe en Castilla-La Mancha un marco normativo regulador en materia de Accesibilidad Universal de los más avanzados de España, marco jurídico que se ha ido desarrollando y completando con el paso del tiempo. Pero no basta con disponer de normas legales eficaces, es preciso dar cumplimiento a sus preceptos, que no son declaraciones de intenciones ni buenas palabras sino prescripciones de obligado cumplimiento. Se trata de llevar a la realidad lo que se establece en el marco jurídico regulador en materia de accesibilidad y eliminación de barreras. Y queda mucho camino por recorrer.
En Castilla-La Mancha existe un movimiento asociativo de personas con discapacidad cuyo dinamismo y carácter reivindicativo en materia de accesibilidad, como en otros ámbitos, ha sido pionero y avanzado tanto en las propuestas planteadas como en las iniciativas llevadas a cabo. Estas asociaciones han supuesto un acicate a la hora de trabajar para lograr una mayor eficacia a la hora de conseguir una Región sin barreras. Por ellos, por todos nosotros, es necesario conseguir unos edificios, unos espacios públicos, en definitiva, unos pueblos y ciudades al alcance de todos los ciudadanos.
Tomás Mañas González
Consejero de Bienestar Social